martes, 30 de diciembre de 2008

POEMA DE PORFIRIO MAMANI MACEDO.

“…El mal tiempo pasará

como pasan las tempestades azotando a los mares.

Un día seremos todo aquello que soñamos.

Encontraremos la piedra que nos falta y perderemos aquella que nos sobra”

PORFIRIO MAMANI MACEDO.

VIAJERA AZUL.





( MÚSICA: VIAJERA DEL RÍO. VOCES: JESÚS GUTIÉRREZ PERAL Y NILDA SARMIENTO)

Onel.


Viajera celeste que en el fondo de la sima preparas tus nobles atuendos para encontrarte conmigo en el desierto. Yo siguiendo voy esta sombra que sale de mi cuerpo, por un camino que nadie ha frecuentado. Callados van mis ojos, callados los ruidos de mis pasos, sólo el polvo se levanta cuando paso. Cuando llego al pie de una montaña, voz y llanto de un niño golpea las rocas de polvo no cubiertas. No sé si alejando o acercando me voy de tu mirada, extranjera azul, tú que en alguna parte ya me esperas, como la oscuridad espera al día.

Viajera.

¿De quién es la voz que allá tirita, de quién la sombra que doblada se queda en una esquina? Estira sus brazos como si hablara con el aire, mas el viento, mientras intenta dar un paso, de sus negros pelos hacia atrás lo jala. Sus piernas soñolientas, como pegadas a la tierra lo retienen, y sus ojos como desterrados paradigmas, miran la sombra extraña, que desde el fondo de la ruta le hace un gesto.

Onel.


No sé si cruzar debo esta calle o la otra, viajera celeste, que pareces vigilar sin cuidado mi destino. Creo verte pero no te veo, es mi cansada memoria que confundiendo va los caminos y tu rostro. A veces siento frío, a veces duda y miedo cuando paso por lugares como éstos. Allá veo un niño arrastrando la basura que en el desierto encuentra. Alguien se le acerca y sólo mira piedras en sus manos. Sólo el niño me mira, y mirándome no quiere alejarse, pero se aleja.

Viajera.


Hundiendo va sus pasos, ya en el polvo, ya en el barro que inunda su camino. Difícil ver su cara. Mas ese perfil me parece haberlo visto en alguna parte. ¿Quién entre todos podrá olvidar su herida? Cuando era niño lo vieron todos cruzar un río, y ya llevaba en la frente esa herida. Entonces sigue siendo él, la marchita hierba que nadie cuida.


martes, 16 de diciembre de 2008

POEMAS DE EDDY RAFAEL PÉREZ.

AL FIN Y AL CABO.

toma este manojo de mentiras

así se hará con esta noche de retos en esta ciudad

que no amo

al fin y al cabo

las mentiras las noches y la ciudad

d e s a p a r e c e r á n

como el viento

sólo tú y yo sobreviviremos

para recomenzar la historia

toma este manojo de mentiras

tómalo y te darás cuenta

de que

en verdad

te amo

de verdad.
*************
ESTA NO ES EXACTAMENTE LA CIUDAD QUE HE DESEADO PARA DORAR TU PIEL.

a Rosario.



esta no es exactamente la ciudad donde

yo quería vivir contigo

ni tampoco el clima que yo soñé para tu cuerpo

ni es la misma lluvia que quise

para humedecer tus mejillas

este es el sitio donde la noche es negra y maliciosa

y desde nuestra habitación se perciben

olores a perfumes exóticos

y lejanos sonidos

forcejeando con el misterio de extrañas voces

este no es el sitio prometido

ni nuestra meta segura

ni es el sueño nuestro

jamás pude desear tal cosa para ti

nunca pude ofrecerte esto como lugar de nacimiento

travesura para nuestra pequeña hija

esta no es exactamente la ciudad que he deseado para dorar tu piel

ni la suave tierra que cuidaría de tu paso

ni el sol mágico que brillaría en tus ojos

por eso te escribo desde esta casa llena de insectos y alimañas

para decirte que ando buscando una con jardín

con un patio para sembrar rosas y violetas

(en la entrada de la casa debe sembrarse toda clase de flores)

una casa con las paredes blancas y las ventanas grandes

para que entre sol y viento fresco

con un piso donde pueda jugar la niña

y entonces allí – como ayer- dedicarnos a la vida

por eso te había prometido que nunca escribiría

hasta tanto no tuviéramos un lugar

un espacio techado y tibio y reluciente

esa palabra que nos guardara de la lluvia:

una casa, mi amor, quiero para ustedes

con gota de tierra grande

con un miserable pedazo para animales domésticos

una casa olvidada lejanamente

como para quedarnos siempre limpiándola

con escobas y fragancias silvestres

y vengan nuestros familiares y amigos y brindemos por la casa

yo no había pensado en esta ciudad para vivir contigo.
************


ME SIENTO COMO UN PÁJARO CON ALAS CORTADAS PRESO EN JAULA DE BARROTES.


mientras compruebo la única responsabilidad

la lluvia de esta ciudad

arranca las basuras de las calles

desprende objetos voluminosos y rotos

y atrae posiciones del hombre que toma una cerveza

y decide hacerse el intrigante

mirando su propio hermetismo

hace su organismo de orden filosófico desorientado

estrecha la vida y ordena permiso de ordenarse en medio de otros

ciertos determinados observadores de casos extraños en el mismo modo

de escribir operaciones silenciosas peligrosas dispersiones pendientes

en su alfabeto diario

oportunidades no faltan para dirigirse

a este objeto que permite copiar tu propio desorden de letras

y por esta razón no estoy obligado a escribir cartas a nadie

que no me haya ordenado yo mismo que es a quien en fin de cuentas

obedezco con toda la docilidad que yo me he enseñado en estos casos

de torpezas dichas por personas que créense dueñas de todas las razones

del mundo y yo digo que la vida no es esa y mucho menos la amistad,

es decir nada puede ser forzado y no obedezco hasta nunca

es decir la patada es el potro montado en pelo del grosero decir

y la poesía no necesita descripciones de gente que no cree en lo que hace

mucho menos en la poesía

por eso trato al río con la misma violencia de sus aguas

por eso hablo loco

por eso me quito la camisa y comienzo a gritar en medio de la calle

y me tapo los oídos para no percibir la rabia que engendra la palabra

es mejor callarse la boca y en esto soy claro

no tengo obligaciones con nadie que no sea yo mismo

me declaro profundamente solitario y no solicito comunicación

que no sea la oral y cierta y cariñosa y amigable y sincera y despojada

y ebria y torpe y espontánea y despantallada palabra que oficie la persona

en el momento desarticulado ya yo he pasado muchas penas enviando letras

a gente que nunca manda las suyas y entonces ahora me he dejado
de tonterías a no ser la de perfeccionar en el corazón las razones

que no necesitan justificación ni escritura porque solamente me siento

como un pájaro con las alas cortadas preso en jaula de barrotes que

jamás ni nunca quiero romper por eso me dedico a este oficio

por pura convicción desde esta orilla

jamás parecía un rostro algo preciso

permanecí quieto observando la lejanía

una nube hizo formas y el agua una fiesta de sonidos azules

el ojo del alma salta y salvaje

deshecho la herida del hereje

uno agarra la música para comprometerse con el mundo

uno rompe esta vida para alegrar al desierto

soy profundamente este

soy muy parecido a mí mismo

soy yo más yo

cansado de verlos lanzando palabras sin efecto

hablando sinvergüenzuras

la poesía debe ser prohibida a saltimbanquis

a gente sin corazón y con venta

el poema es el acierto que destruye la hediondez

y nadie puede hablar de pueblo si no está comprometido en ese asunto

es imposible hablar de la víctima siendo el asesino

debe arrancárseles la vida

debe reventárseles

desgraciados

el poema es el más amoroso motivo de amor

viva el amor con todas sus consecuencias

hablemos desde el hueco hambre desesperación muerte palabra soledad

amargura sin miedo a repetir cualquier palabra palabra

el poema es la granada más agradable

el poema es el revólver más bello

el poema es el panfleto más explosivo

el poema es el torbellino y la aventura

el poema es el peligro más adjetivado

el poema no es la gramática ni el orden

el poema es esta vida del carajo que uno carga

el poema es una falta de respeto en manos de “esa gente”

el poema es otra cosa y no esto

el poema es una gran confusión y una maravilla

el poema no es esto pero tampoco eso

al menos admito el odio la sencillez un mundo nuevo el silencio

las borracheras las canciones románticas el juramento la rima etc. etc.

Soy fatalista y creo en la guerra

y en la magia de la palabra.

lunes, 15 de diciembre de 2008

POEMAS DE CARLOS ANGULO.

TAMBIÉN ARDE ITACA EN EL CORAZÓN, GUERRERO.


El que ha salido del infierno
sabe a que se expone
No se puede dejar sola la eternidad.


(FRAGMENTOS)


Los perdidos insisten en perderse porque devolverse es más lejos, porque no tiene verso el que vuelve escondida la miseria.


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Nadie se salva ni salva a nadie porque no hay nada de que salvarse. Quien se cuestiona no es por una determinación natural sino por adoptar la ambición social como una senda, de un conjuro una torpe necesidad.


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Alguien habrá de apagar el incendio o no se podría partir, no es exclusivo, ya se habría calcinado lo más imprescindible y lo fatal en este mundo.


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Porque dentro del desencanto y fuera de él, vamos leve al encuentro de algo excepcional. Detrás del drama, es casi seguro que también exista el sol.

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Lo excelso es digno de lo eterno. y su eternidad radica en su gloria, pero también en su anonimato. Más, nadie podrá recuperar, aún siendo gloria o eternidad, lo que no se atrevió a vivir.

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A menudo no sabemos desaparecer cuando hay razones e insistimos en continuar. Al ocurrir, hay mucho de probable hastío e incomodo. A pesar que hay grandes tragedias que deberían apenar más. No tocan el agobio al estar tan distantes de nuestras pequeñas cosas. Si esto se termina que importa lo que diga dios después.


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No es fácil sentir la vida como sinónimo de la ley de gravedad y tener que andar por los mismos sitios y entre la misma gente que apura la agonía de este mundo.


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Habitamos una sola vida, por eso la soledad de cada cual. La compañía de un solitario no existe, de ahí el hecho de asistir únicos, al final, final.


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No es fácil ver caer la vida sin que el nervio se conmueva, haber visto morir los días que más fueron nuestros, las puestas de sol en la tarde juntos, observar en el fondo, inerte la palabra y su latido. Tendríamos que haber mirado desmayarse el azul del cielo, traducir el adiós inesperado de ciertas aves blancas, tener teñidos los dedos de su sombra, tratar con la imagen recurrente de lo que ya no volverá. Y eso se empoza todo en un agua inmóvil.


********


Cuando no se tiene dónde ir, igual da esperar nada en cualquier parte.



EL COLOR GRIS DEL ARCOIRIS.


El mejor amor
el que se sabe esperar.


(FRAGMENTOS)


Hoy, mirando a través de la ventana los rieles de un tren ausente, he amanecido con la sangre intacta pero con la emergencia definitiva de socavar la espesura, aclarar el desarraigo, juntar el cuerpo y el concepto que han andado largo tiempo decapitados. Porque debe haber una forma de hacer que la muerte duela menos. Digamos que fuera de la multiplicidad de opciones se acerte algo que haga saber que lo extraordinario está del otro lado de la cerca, lejos del universo que hace inquilino al corazón.


********


Gracias a lo perdido he caído de brazos casi eternos a brazos más bajos o más frágiles. Me han amado y he amado hasta alcanzar las cimas de lo glorioso y las miserias de lo imprevisto. Me han abandonado y me he ido, he muerto y he vuelto a revivir. Desde entonces busco caídas de agua, la nieve de un país de Asia, lugares no vistos como Atenas, París o los espejos sinuosos del mar Mediterráneo. O sitios con candelabros o guitarras, con fogatas y conversa donde estar siempre con el equipaje hecho en nombre del partir, para cuando vuelva a perder o me pierda definitivamente.


********


Pero tampoco lo lamento, porque a pesar de navegar en el centro de horas que insinúan los naufragios, aún insisto en la espera, cara al verde azul de aguas con gaviotas, luminiscencias y sal. Ya no el amor sino la muerte y ojalá se parezca a ti.

(Del libro El Color Gris del Arcoiris - junio 2001)

Barquisimeto - Lara - Venezuela.

martes, 9 de diciembre de 2008

VERÓNICA CENTO - LA ESCRIBIENTE DIURNA.


“Escribo sobre todo aquello que me devora. Soy una escribiente diurna porque así lo decidió mi verbo. La palabra se desarma en mi boca, desbordándose. Escribo, porque antes que nada, es una necesidad.”

Verónica Cento.

(1979). Córdoba, Argentina. Residenciada en Caracas, Venezuela.

Sus poemas han sido publicados en diversas revistas literarias como Letralia en Venezuela, en la plaquette “Esto no es una Revista Literaria” Argentina, en Afinidades Electivas Argentina, en la página de Poetas al Volante, en Escrito por el Fuego y en la página de Malú Urriola.

Puedes leer sus creaciones en los siguientes enlaces:

LA ESCRIBIENTE DIURNA.

POÉTICA DEL ASOMBRO.

SUS POEMAS.

LOS ROSTROS DE LA NOCHE.



I

Antes de dormir me siento en el césped fresco a admirar el día. Él viene con sus manos grandes y se aquieta conmigo. Los dos callamos ante la primavera. Luego llega la ansiada noche, Endimión y la danza de la muerte. No sabemos qué decir ante el letargo de lo oscuro. La noche cae en nosotros de una manera maravillosa y aún así un limbo raro nos penetra. Miramos el cielo y un silencio nos agolpa. Mi palabra de repente resulta inútil. Todo esto es impronunciable: la danza nocturna, el silencio estrellado. Temblamos miedo. Nunca supimos porqué.

II

Luego vino el tiempo de la sequía. Lo negro se tornó distinto. La casa se derrumbó de manera rara. Los fantasmas salieron a reencontrar sus lugares y pertenencias. El ruido de la noche cuando duerme también fue distinto. Extrañamos las danzas, la muerte boca abajo y los rostros de la noche. De pronto todo tembló de miedo. Sentimos la vacuidad en los cuerpos. El romance con la noche se tiñó de espanto. No hubo hombres lobos a quienes invocar. Sólo nos restó dormir para esperar a que todo pase. Pero el sol surge como inmolado y nos ciega. La luz no es más que una fiel compañera de Apolo, el cual nos conduce hacia un más allá innegable. Temblamos de luz y de sombras. Aquello que vemos no es más que un espejismo.

III

Inclino el cuerpo hacia lo oscuro. Lo beso. Me quedo allí como sepultada. Qué es aquello que contiene la muerte y la claridad. Qué significa beber de las aguas de tu mar oscuro. Qué significará temblar de frío y de asco. Y qué detenerme ante tu rostro y decirle: ven, ámame, aunque yo no sea la noche ni la muerte. Ven, ámame, porque soy el amor hecho noche y encanto. Soy el cuerpo más hermoso que hayas visto descender y volver del hades.

La poca artista.





no tengo que fingir palabras
ellas salen disparadas hacia el mundo
y se colocan dentro de las bocas que tiemblan
me siento autosuficiente por las noches
al abrir los libros que más adoro
y hurgar ahí, donde la palabra vibra

a veces
presiento una inseguridad infantil
una porción de mí que no doy a nadie
siento una incapacidad de sacarme el velo
de mostrar la fiera que me vive
que me ama, que me exige y transporta.

no soy una mera formulación de huesos
mi carne existe
doy en general más vida que muerte
carezco de oscuridad crepuscular
y mis ojos son la amplitud de mis palabras

la poca artista que hay en mí
asume la falta de verbo
de palabra
extraño contemplar el corazón desahogado
y las manos escribiendo a golpes
los ruidos del motor del alma.

soy una garganta que grita
la crueldad del verbo al no existirme
al no habitarme en cada pálpito
en el latido de mi yo interior

esta mujer
la casi artista que vive
la que sobrevive
cae en una esterilidad poética.
en una muerte anunciada.

domingo, 7 de diciembre de 2008

INFINITO BRILLO DE LA ESPERANZA.

DE ADOLFO PAYÉS.




Infinito brillo de la esperanza.

(Voz Adolfo Payés).

No soy nada,

Ni nadie en este mundo,

Me carcome la zozobra de morir

Decapitado

Cercenado por las cucharas pequeñas

Que dibujaban los ojos

los extirpaban para gozar de su sadismo.

Los gestos más oscuros del ser humano están aquí

En estas cuatro oréalas de la tortura

Las veo

Las siento

Me vigilan

Me aniquilan solo con sus paso

Sonido horrendo de la muerte

Cuando se aproximan a este cuerpo inepto de ser libre

Como la hormiga

Que dibujó mi rostro esta tarde,

esta noche

esta mañana,

No sé que tiempo,

no sé qué tiempo hace en esta celda

Pero sentí los pasos de la hormiga

caminar en las heridas de mi alma

Sentí su pena, me la dictó

Ante miles, miles de compañeros

que están conmigo todo el tiempo

Camaradas, hermanos, pueblo mío

Pero igual

No soy nada

No soy nadie

Pero soy el que lanzó las estrellas en el infinito

Brillo de la esperanza

Para ser siempre el que ama...

Lo escribí hace mucho, en una celda,

Que me cubrió de arañas el alma

carcomiendo mis entrañas

Pero eso me dio vida, guardé esos momentos escritos,

En mi silencio

para hoy entregártelos

Con el mismo silencio que los guardé, siempre.

jueves, 4 de diciembre de 2008

POÉTICA DE JACQUELINE GOLDBERG.

Jacqueline Goldberg.







Lo que ocurre en mi temblor no ha sido dicho.

Sismo bisiesto e inútil que a nadie convierte.

No importa, no es indicio.

Pero sucede.

Martirio intransferible, peste del origen

ha ladrado en mis costillas,

alimenta un habla de adversarios.

Así consta en informes de hospitales extranjeros,

expedientes de incapacidad,

cartas de la madre pidiendo perdón :

_ la niña no puede

_ la niña no sabe

_ la niña jamás podrá

Una sed trágica me deslava desde el nacimiento.

Nunca se han podido leer las líneas de mis manos,

mi futuro es movedizo, mis esperanzas inaprensibles.

Si en vez de tenazas entrampadas

mis brazos terminaran en bellos muñones,

-dignos de forjar un hogar al final del viaje –

quizá podría agitarme desanclada,

sin pudor lamer el café volcado sobre la mesa,

omitir que el tenedor me raja las encías,

que agujas atraviesan mis uñas.

De pronto cedo

a una identidad perseguida.

Me traduzco lentamente en el poema,

construyo el espacio de una estructura

que dicta infortunios, me describe desplegada, informe.

El poema estuvo en mi temblor desde el principio,

desde el fin del principio,

cuando crecía y destruía a la vez.

Por el poema soy acertijo,

cavidad tupida de mapas.

Mi caligrafía es extensión de una invalidez boreal,

soy ilegible, existo cuando otros ayudan a deletrearme.

Pero, reconozco, si no temblara no escribiría;

si no me repudiaran

me habría diluido en papeles difuntos,

no sabría remontarme,

adusta, insolente.

(De Verbos Predadores 2006)

miércoles, 26 de noviembre de 2008

DE PORFIRIO MAMANI MACEDO.

LA PARTIDA.
PORFIRIO MAMANI MACEDO.

He partido al otro lado del mar. No llevo ningún adiós en mi recuerdo. En la travesía, las aves, mis únicas compañeras de viaje, han preferido callar su canto. No sé nada de los días, aquellos que preceden y anteceden a las formas futuras. He presenciado el invierno. No he preguntado a nadie de la tierra a donde voy ni de la tierra que dejo. Sólo guardo un sueño debajo de una piedra, en el campo. Llevo este nombre que me han dado las aves al alejarme. Viaje, ya no nos alcanza la mano del olvido, aunque haya tempestad, en este vuelo que nunca esperemos, cruzar, como un viejo animal, el día. ¿Qué puedo decir de lo que soy? En alguna parte quedará mi cuerpo. No habrá fiesta, sólo en una piedra deforme, grabará, la tinta en la costra el nombre. Seguramente un día, no lejos de un allá, pernoctará, silenciosa y triste la lluvia. Un camino, ya herida la tierra, será el río. Amanecer que tanto el corazón suspira.

LA PÁGINA DE PORFIRIO MAMANI MACEDO.

lunes, 24 de noviembre de 2008

EL SOÑADOR DE CASAS.

POR FRANZ ORTIZ CASTAÑEDA.

A MIGUEL ÁNGEL PERAZA.

(1986)

“Casa mía, casa nuestra tantas veces pálida

semejante a esa flor

que se hace oscura en la memoria”

Ana Enriqueta Terán.





(Fragmentos)

Quien sueña casas no sueña estructuras, sueña intimidades. La vida de los techos frente al sol y a las aguas, frente al viento y frente a los colores. La vida íntima de la madera, todos los tiempos del árbol desde su advenimiento del vientre de la tierra hasta su condición de símbolo erguido como columna vegetal. El silencio de las paredes, su calor o frescura para envolver los cuerpos, la vida colmando las angustias, la imaginación con su espacio propio alentado por el barro o las arenas, o los metales o el mismísimo corazón del deshecho.

Quien sueña una casa la sueña en un tiempo total. La infancia como animal maduro se planta y se convierte en la línea central de los horcones. Y corremos, corremos colocando las imágenes del misterio desnudas en las calles para todos, asentamos los sonidos de los insectos para ampliar los espacios, cerramos las puertas para cobijar la palabra y mezclar en los espejos del sueño las aguas del paraíso. La infancia es el pasado, es el presente y es el camino directo hacia mañana simultáneos. Ella como tiempo de juegos nos abre los abanicos de las posibilidades, la geografía y todos los acontecimientos van girando a su alrededor, dinamizando el drama de las constelaciones. Ahora el hombre salta en el sueño y siente como la casa se apodera de su pecho, ya no existe la posibilidad de la muerte para la imagen de la casa y aunque en vigilia no la vea, no la toque, no la tenga, la padezca, la luche, la persiga, la sufra y lo desgarre, esa imagen de adentro, esa casa asentada en los espacios interiores de su ser estará allí pidiéndole el cumplimiento del sueño, acechando la realidad, animando a la historia para alcanzar el techo donde guardarse y donde sostenerse.

lunes, 17 de noviembre de 2008

POEMAS EN MI PODCAST.

“Alguien en algún lugar te espera,

sentado en su butaca come palomitas

y bebe rubia cerveza en lata.

Se ducha cada mañana con agua caliente

cuando aún está por despertar

y los sueños soñados se olvidan.

Quiere limpiar tu voz de su piel

cuando todo lo queda tras el jabón

eres tú.

Alguien piensa en ti

sin que sepas que cada hora de su jornada

está deseando salir para tener la libertad

de decirle tu nombre a las rejas

adornadas de flores de la fábrica.

Alguien sabe que no importa que su paseo

hacia su casa lo hace perdido en la desesperanza

de no tenerte;

y aún así alguien piensa en ti

sin que sepas una sola palabra.

Al atardecer abre el frigorífico

y prepara algo de cenar.

Ve programas de risa

esperando que aparezcas por alguna parte.

Una llamada, se dice,

una carta, se dice.

Alguien ve como anochece

en la ciudad de los guijarros sobre el aire,

se pone una copa,

y luego otra

quizá quiera emborracharse para atreverse

a salir de la oscuridad.

A veces se asoma a la ventana a ver como llegas a casa

aún cuando ni siquiera vives en su barrio.

Eso no le importa,

le gusta la idea de esperarte mientras desespera

sin que sepas una sola palabra

de todos los vasos que se van rompiendo,

las noches que despierta en medio de la madrugada

sudando tus manos que no le tocan,

y la recóndita esperanza

de olvidarte un día de estos

sin que sepas

que alguien ya no piensa en ti”.

VERDAD OCULTA.

JOSÉ GARÉS CRESPO.


Qué claras maravillas

fuimos, desnudos, rebeldes, amantes

siempre, apenas prójimos

y sin embargo me hablas, me piensas,

me susurras, me besas, me desnudas,

y aun así te amo.

Ambos conocimos

el lento devenir que cambia todo,

la corta raíz del beso hallado,

los inquietos placeres

arbitrarios que van, uno tras otro,

ciegos y desesperados, en busca

de la caricia dormida ayer noche.

Pero en el tránsito nos perdimos,

soñábamos, tal vez

abrazados y solos como cuando

necesito pensar en ti y callo.

La tentación del silencio fingido

y esa mirada perdida allá donde

no estuve ni llegaré de tu mano.

Es la señal, lo sé. Qué lejos somos,

aunque me rozan tus largos cabellos.

Incapaz de otra derrota, mañana

me enamorarás de nuevo. Relájate.

todo es igual y diferente. Nada

quedará. Es nuestra verdad oculta.


INVIERNO V.

LUIS SEVILLA.


“Cómo brilla la noche
En medio de la tempestad
Que ha abierto grietas
En los toldos de las azoteas.

Cómo grita el viento
Que golpea los ladrillos
Con graffitis invisibles
Que hablan de amor gastado.

Se dibujan besos muertos,
Se desdibujan ropas gastadas,
Esperas que ya no existen,
Desnudez gélida y ya lejana.

Eres igual que un mar invisible
Que arremete contra rocas milenarias.

A la luz de una vela
Te escribo, te pienso, recuerdos,
Toda mi alma te llama, reclamándote,
Sabiendo que ya no escuchas
Sabiendo que ya no estás.

Eres igual que noches brillantes
Que me sonríen un noviembre pasado.

Ojalá hubiera sabido
Detener el grito que agita
Esta noche de nubes voraces
Que pasan y desaparecen.

Ojalá hubiese podido ser mar
Agua que se levanta titánica
Que arrasa contra rocas milenarias
En vez de hacerlo contra ti.

Que noche tan inmensa,
Se mueve la hierba del parque.

Escribo esta noche de invierno
Todo el amor que ya no confieso.

El dolor alumbra con velas la ciudad,
Frontera desde mi ventana,
Luces parpadeantes, memorias y lágrimas,
Lluvia agitada que golpea invisible
Mi alma confusa que aún te añora”.

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