Infinito brillo de la esperanza.
No soy nada,  
Ni nadie  en este mundo, 
Me carcome  la zozobra de morir
Decapitado
Cercenado por las cucharas pequeñas 
Que dibujaban los ojos
 los extirpaban para gozar de su sadismo.
Los gestos más oscuros del ser  humano están aquí
En estas cuatro oréalas de la tortura
Las veo 
Las siento
Me vigilan
Me aniquilan solo con sus paso
Sonido horrendo de la muerte 
Cuando se aproximan a este cuerpo inepto de ser libre 
Como la hormiga
Que dibujó mi rostro esta tarde,
 esta noche
esta mañana,
No sé que tiempo,
no sé qué tiempo hace en esta celda
Pero sentí los pasos de la hormiga
 caminar en las heridas de mi alma
Sentí su pena, me la dictó
Ante miles, miles de compañeros
 que están conmigo todo el tiempo 
Camaradas, hermanos, pueblo mío
Pero igual
No soy nada
No soy nadie 
Pero soy el que lanzó las estrellas en el infinito 
Brillo de la esperanza
Para ser siempre el que ama...
 
Lo escribí hace mucho, en una celda, 
Que me cubrió de arañas el alma
carcomiendo mis entrañas
 
Pero eso me dio vida, guardé esos momentos escritos, 
En mi silencio
para hoy entregártelos 
Con el mismo silencio que los guardé, siempre.
 
 
4 comentarios:
Gracias Adolfo por prestarme tu poema y tu voz para este espacio de divulgación literaria.
Un gran abrazo!!!
Gracias a vos por ser siempre la inspiración de versos y poemas que nacen en este rincón frío de Canadá, de donde pulula la vida que hoy camino con tus versos...
saludos se siente tu presencia un abrazo
Es el tipo de poema que nos revuelve todo por dentro, que nos destroza y desangra, pero cuyo grito es necesario escuchar!!!
Un gusto leerte y acompañarte.
Luces y sombras dibujando el anhelo que no debe perderse.
Saludos!
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