Un espacio para el encuentro con las nuevas voces de la literatura.
Un adentrarnos en ese mundo de versos que vuelan, cantan, gimen y susurran sentimientos sin fronteras.
Pablo Romay (1976) es ciudadano del mundo y ciudadano mexicano, poeta, periodista, traductor de dos idiomas, fotógrafo, y de profesión piloto aviador. Es budista desde 1995, filosofía que influye en sus poemas. Como periodista freelance ha publicado en una decena de revistas.
NÁUFRAGO DE TU OCÉANO.
Soy todo tuyo, me posees
atraes con un movimiento
una mirada, me quita el miedo, la ropa
me rodeas como noche bendita
siento mi piel hundirse en ti
tu inmensidad
tiemblas, tu océano se encrespa
tus blancas olas se agitan
avanza la tormenta
me inundas
me estremezco
te abrazo
como náufrago a medio mar
te aferro rendido
me entrego
me dejo ir
me voy
te despliego mis entrañas
y caigo
me recuesto en ti… ahogado.
MARINERO.
Desde que mi madre me tomaba en sus
brazos se entreveía.
Crecí admirando el mar abierto,
la marea de todos los días pasando frente a mi
las olas llamativas de todos tamaños.
Y me preparé para ser un marino;
hasta el día de hoy, me dispongo
con mi uniforme de cielo y sol
y mis ojos que escudriñan los astros mirándome
listo a abordar el barco vivo
a navegar
a sucumbir
entre el oleaje inevitable
y la espumosa blancura de tus pechos.
TUS PECHOS ME RECUERDAN AL MAR.
Fluyen a través de mí
refrescantes,
deliciosas olas juguetonas
golpean insistentes
mi proa pectoral
que se mece sobre ti
se abre paso ferviente
por tu mojada inmensidad oceánica
mientras nos entregamos como gaviotas
al infinito.
MI MANO Y TU TIERRA PROMETIDA.
Tu carne, sangre y huesos,
tu cuerpo misterioso acostaste junto a mi
en la negrura cubierta de la noche.
Tú dormías y despertabas con tu calor mis instintos.
Mi mano aventurera
se lanzó en una expedición a tu inmensidad
y acampando en tus valles te despertó poco a poco
se presentó
y la hiciste bienvenida
te fue tocando el espíritu en las partes sensibles de tu piel
se hizo tu amiga
y osada se metió como semilla a tu fértil tierra abierta
y se hizo tu amante
hasta que no hubo recatos
y te pusiste a bailar con ella en un
frenesí alocado
hasta caer rendida.
Pero mi mano no había saciado su sed…
HERIDA ENTRE LAS PIERNAS.
Mujer terrestre,
pudorosa se esconde entre tus muslos,
reservada del mundo,
una herida que no sana entre las piernas,
una llaga de amor,
que exuda olores que despiertan los instintos,
ventilados por las faldas.
Altar donde nace el deseo,
boca que gime,
yo quiero lamer esa herida,
como curandero ancestral,
esperando curarte ese amor lastimado,
esa percepción de sexo débil,
dolor y placer en conflicto.
PÁRATE, QUIERO DARTE UN ABRAZO.
Mi cuerpo es tu casa
tu cuerpo es mi hogar
en él me acuesto
me duermo, me meto
como hormiga me subo a tu cuerpo
recorro tus brazos
te hago cosquillas,
en tu ombligo juego
de tu piel respiro
de tu boca como
de tus senos bebo
en tus nalgas me detengo a descansar.
Como pájaro sobre Laurel de la India,
en tu cuerpo me refugio.
EL MUNDO SE VUELVE HÚMEDO.
Despierto a la mitad de la noche
y no puedo evitarlo,
pensar en la última mujer que me ha impresionado,
tal vez alguna otra,
y entonces sucede:
el mundo se vuelve húmedo.
COMO PALABRA.
Como una palabra te formas,
parte por parte, te elevas
te pido
apareces frente a mi maravillosa
te muestras y no te tapa nada,
te quedas desnuda,
pero no te distingo, no te comprendo,
no entiendo lo que me quieres decir,
y te borras, te vas, te desunes
apareces con una nueva forma,
diferente,
más extraña, más significada,
menos entendida,
más palabra.
Egresado de la escuela de Letras de la Universidad de Sonora; editor, dibujante, tallerista, bibliotecario, locutor de radio y periodista cultural. Ha publicado Cuerpos de quedarse, Lamenavajas, Magdalena desnuda jugando a los poemas, y, Andarlanada.
UN ÁRBOL.
Mirar un árbol
i sentir en la garganta
cómo van creciendo sus hojas
cómo desvía las palabras en el viento
mirar un árbol
i sentir en el vientre
su raíz de silencios
mirar un árbol
i agotarlo en mí.
¿CÓMO?
cómo curarme de la vida
cuando la vida es costumbre de huesos
cartílago de pájaros
lugares de invierno
cómo curarme de la vida cuando a la vida
le duelen las piernas
i se le escapan los días
cómo curarme de la vida cuando la vida pasa de largo
i esconde su boca entre lo invisible
cómo curarme de la vida que me tira piedras i planes
la vida que lleva pantalones flacos i deudas en el hombro
cómo curarme de la vida
i sus ventanas desoladas
su ciudad de ojos
su corazón de tétanos i cortaduras
¿cómo?
DE LOS QUE SOY.
soy de los malditos que lloran escondidos
debajo de un atardecer
soy de los asesinos que jamás le arrancarían
los ojos a un niño sucio
soy de los pirómanos que pierden las manos
antes de incendiar una flor
soy de los huérfanos que a todo le hayan un techo
soy de los hambrientos con licenciatura
soy de los que se hicieron viejos en el exilio
porque no aprendieron a perderse en su propia tierra
soy de los bastardos que no supieron callarse
cuando se desplomó el rostro mutilado de dios
soy de los heridos que van siendo arrastrados
por su propia lengua de sangre
soy de los que no se salvan
de lo que soy.
SUBIRME A MI FANTASMA.
soy mi propio fantasma:
el que entonces vivió y
vive ahora, en lugar
del que huyó y muere todavía
JOSÉ PASCUAL BUXÓ
voy a subirme a mi fantasma
un cuervo de ramas que se asemejan a la noche
el entumido paso del vagabundo
la piedra cruzada por un azar en la esquina
los trenes enfermos de la mañana
la silla blanca que sostiene a un invisible
los espacios con soledad que hay de una puerta a otra
las metafísicas para sanar o cortarme las manos
los eclipses a través del aliento
un atardecer de noviembre un sorbo de agua
mi propia historia de cíclopes
voy a subirme a mi fantasma de alcohol i miel
ese tiempo caminando las bardas
ese mover de arena de las sábanas
voy a subirme a mi fantasma
para decirle que he nacido por el puro gusto de brincar en sus ojos
i dibujarle un colibrí.
ESTAR EN EL MUNDO.
estar en el mundo
sin ninguna dosis de ficción
me duele me encorva
me hace lento e imposible
tardo en amar los pronósticos del hambre
que anoche causaron en mí una ternura
todo lo vuelvo más difícil como si me estorbaran
las manos varadas en los temores
en la piel que no deja de levantarse desde el frío
ni de escupir esta enfermedad de lo estéril
estos laberintos inútiles que suceden
hasta que algo en el mundo se rompe con hervor
i asomo una pierna a la existencia
que me hace dar el primer paso en esta luz
seguida de pájaros
de búsquedas repentinas
de niño crecido en el corazón.
LAMENAVAJAS
nada
jamás
he de decir
que no sea yo
aún lo contrario
que digo
soy.
LA NOCHE ILA LUZ.
por aquí pasó dios i dejó este rastro lejano de sus polvos
sin embargo la noche sigue limpia a pesar de las estrellas
vientre de un animal a cuatro patas la noche nos amamanta
pozo vaciado que acerca la oscuridad de su ojo
capaz de dormirnos con su única mirada
la noche es la entraña desmedida de dios
que el día de su piel
eclipsa
qué es la noche después de la noche pero antes de la luz
cuando los continentes interiores engendran humedad
i las cosas eternas i diminutas
se cumplen afuera
la noche se ha cerrado como un puño sobre todas las cosas
i sólo deja ver en algunos poros
su esqueleto siendo de luz
berrido de la hoguera esencial que en el sol repite su nacimiento
i no hace más que negar la potencia de las estrellas
cierto albor que no se ha movido de la noche
vuelve a levantar mis ojos de sus sombras
(lástima que no todos los poemas sean una bombilla de luz
que pueda prender i apagar esta verdad siempre fija)
Poeta. Licenciado en Filosofía por la UAT. Ha publicado en las revistas subterráneas Nadie me piensa con barba, Quiero con el cerdoyTensión Crítica; en la revista cultural local La balsa del náufrago, en la revista universitaria Uni 10 de la UAT y en Alforja Revista de Poesía. Ha sido catedrático en las materias de Pensamiento Filosófico, Filosofía Contemporánea, Filosofía de la Historia, Autorrealización en la UAT; y fue merecedor en el 2007 del Premio Estatal de Poesía Dolores Castro con el libro No cesará el desvelo. Actualmente es coordinador editorial de la Revista de Filosofía Metaxy de la UAT, imparte las materias de Filosofía de la Religión y Metafísica en dicha institución, y es docente en la Preparatoria Iberoamericana de Tlaxcala; trabaja en traducciones de John Keats, Thomas Merton, Tagore, y prepara un libro de Epigramas.
DECLARACIÓN DE AUSENCIA.
Por Milton Medellín.
<< Homenaje a Efraín Huerta >>
No es sólo la ciudad
ni sus pasos
ennegrecidos de tedio a media noche.
Tampoco la nostalgia de neón
colgando en almacenes
y antros.
Llanto fosforescente de la urbe
que clama su compasión
y su miseria.
Botellas rotas, no.
Ni su licor de baja cepa
derramado por el pavimento.
Ni siquiera la colilla de cigarro,
como mi corazón, tirada
en medio de la noche.
Apachurrada y negra.
Como mi corazón, alquitranada.
La planeación urbana de la carne
con sus calles de foco enrojecido,
la esporádica cita
que amenaza con volver a encendernos.
Podrían desfilar las amantes
por esta soledad citadina,
tampoco es el deseo.
Algo falta en mis manos
a pesar de que la ciudad es nuestra.
Algo atraviesa el costado de mi alma,
rompe la sangre en dos,
detiene inmisericordemente
el flujo de estos días con sus noches.
Hay una flama oculta en algún sitio
que esta ciudad condena.
Existe un corazón verdadero,
puro en su lasitud,
perpetuo en su bondad instantánea.
Permanece cerrado un tesoro,
un oro ensimismado y más brillante
que el sol de mediodía.
Un amor que conozco,
una mirada alegre que padezco,
una rara y misteriosa compasión
que se reparte al mundo
y no me pertenece.
BRAVATA.
Por Milton Medellín
Ya no debo escribir del amor,
sin embargo aquí estoy:
puliendo malos versos de pésimo augurio.
Hablando con lenguaje miserable
de la cosa más hermosa en este triste universo:
tu mirada.
No hay nada nuevo que decir,
todo está dicho:
precipicio de luz tu presencia,
barro de fuego en mi memoria,
transparencia fugaz,
don de lenguas.
De Catulo a Lizalde,
pasando por Carreto y Cardenal,
se ha ido construyendo esta palabra
que quema las arterias del tiempo.
Tradición mal habida de los enamorados
que conocen la mirada de dios en su alma.
Ya no debo escribir del amor,
pero duele y es cierto:
no hay palabra que sobre
cuando es la poesía quien nos consuela.
SEMILLA EN EL DESTIERRO.
Por Milton Medellín.
En dónde quedarán aquellos días
que le dieron sentido a tu presencia.
En dónde la memoria de este tiempo
que presumiste humano,
aquél movimiento de lo eterno
que respetó el transcurso de todas tus pasiones.
Todo lo que has buscado y proferido
será un anticipado abandono
en la mente de todos tus hermanos,
alma comunicada en el vacío,
sólo el silencio es real en esta hoguera
que consume tu esfuerzo de existencia.
Y serás
casi polvo de carne
cuyo rostro se descubre derrumbado,
oscuridad a un tiempo,
en el presentimiento de la luz.
Eternidad sin nombre
serás,
el testimonio,
de aquél amor que todo lo sostiene.
Siempre es grato encontrarse con un nuevo libro, y lo es más, cuando te identificas con esa voz del escritor, quien te susurra sus emociones, su tiempo, sus abismos, sus desvelos desde la ausencia o desde el desamparo.
José Garés Crespo nos regala un libro de poemas que son su realidad, sus reflexiones, sus amores, sus dolencias y sus caminos, según sus propias palabras:
«Un intento de, utilizando las palabras que usan unos cuantos millones de seres, y habiendo pasado por caminos transitados por otros tantos millones, hablar de algunos sentimientos propios manteniendo la quimera de que alguien me entenderá. Una manera de forzar las palabras intentando sacar nuevos jugos»
Del Prólogo.
En Material de derribo encontramos el lado oscuro de la vida del poeta y el lado claro que nos hace leer una y otra vez la mayoría de los poemas porque son un estímulo para nuestro corazón y para nuestro sentimiento. Pero hay que decir enseguida, para que no haya duda, que Materialde derribo es sobre todo y ante todo un fascinante libro de amor y sobre el amor, todo envuelto en una reflexión cívico-social-política.
La poesía para José Garés Crespo es «un intento de, utilizando las palabras que usan unoscuantos millones de seres, y habiendo pasado por caminos transitadospor otros tantos millones, hablar de algunos sentimientos propios manteniendola quimera de que alguien me entenderá. Una manera de forzarlas palabras intentando sacar nuevos jugos».
Material de derribo no es un libro uniforme, como un buen museo, tiene piezas más valiosas que otras, todas de primer orden. En este sentido este libro puede parecer una antología donde se aprecia la evolución del poeta. El libro se podría resumir, en su faceta culturalista con estos dos versos:
«Ya ves, te fuiste con Janis Joplin
y regresas con Albinoni»
Material de derribo es un libro vendaval, es como si el poeta hubiera estado mudo, preso o maniatado (como evidentemente estuvo), como si hubiera perdido demasiado tiempo en la política, olvidando a la poesía que golpeaba en el pecho del poeta, como si hubiera deseado escribir y no hubiera podido hacerlo. De pronto, libre de compromiso político y social, sin ataduras (solo con las del amor), reflexiona, expulsa –vomita– todo lo que había guardado dentro.
Donde hay amor no puede haber degradación, pero puede convertir lo negativo en desengaño y puede resaltar la carga maldita que hay en la mayoría de los poemas de Material de derribo. En todo poema, decía Jorge Guillen, hay un lado maldito, como hay un lado bendito. El libro conecta, para bien o para mal, con la historia de la poesía del siglo XX: con el magisterio de Juan Ramón Jiménez o el de don Antonio Machado, la poesía amorosa de Neruda, la sombra de algunos miembros de la Generación del 27, un ramalazo de Celaya o Blas de Otero, la presencia de algunos «novísimos» y de la de los del 50, y una aproximación a la poesía de la experiencia, hasta conectar con algunas de las corrientes del recién nacido siglo XXI. Sobre todo en el libro hay una especie de complot para, a veces, desestabilizar al lector, complot que choca con una fuerza que arrastra hacia alturas y profundidades insospechadas y una sorprendente y casi irritante energía, vigor y fuerza. Material de derribo está tocado de esa luz cegadora, milenaria y mágica de los que viven en el mediterráneo, sin olvidar una de cal culturalista y otra de arena popular.
Vengo del mar, porque todavía nos une
su envoltura, y el empuje de sus olas
me recuerda el tacto de tus pechos.
Pero no de un mar, no... hablo de nuestro mar,
del único, en el que tantos dioses
han sido vulnerados por el tiempo
y miles de naufragios de soles reposan
en brazos de la luna...
La poética de José Garés, según sus propias palabras, podría sintetizarse en «Háblame de lo que quieras, pero sorpréndeme y descúbremenuevas formas de mirar, con las que pueda hacerme cómplice». El poeta, no importa el desencanto, las puñaladas, las cárceles y las sentencias, o precisamente por todo esto, sigue esperando a Godot y aunque silba a lo lejos el tren en el que puede viajar, el tren nunca llega. En su espera el poeta tortura a la Poesía, la maltrata, la exprime, le imprime un nuevo brillo y la Poesía se deja, lo agradece y vemos una gran complicidad entre los dos.
La poesía de José Garés es un testimonio, un testigo de la biografía del poeta que va desde su época de inocencia, pasando por su época de compromiso social, para terminar en el otoño de su vida en una reflexión sobre la palabra y la filosofía de la vida, sobre el amor fogoso y arrollador, sobre la vida de tantos a la vez que la suya. Material dederribo «intenta ser también –según palabras del poeta– una reflexiónpoética sobre algunas circunstancias sociopolíticas y culturales de unageneración que apostó fuerte por el cambio y que ahora se siente parcialmentefracasada».
En la poesía de José Garés observamos tradición y modernidad, un lenguaje de cotidianidad que el poeta mantiene en una conversación consigo mismo, con la amada y con todos nosotros. Es una poesía barrocamente desnuda, lo que no deja ser un oxímoron. Poesía difícil a veces, deslumbrante siempre, rica en imágenes, contenida en la música, controlada en el ritmo. Como la poesía que perdura en el tiempo, cuenta lo de siempre, pero con «distinta agua», aquí sería, en ocasiones, con distinta mala leche. Una poesía que hace lo viejo nuevo y lo nuevo viejo.
Lo único cierto es que un día,
como al bies de nuestra historia,
me iré sin rumbo.
Juan Ramón Jiménez lo había dicho: «...y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando /; y se quedarámi huerto con su verde árbol /, y con su pozo blanco».
Hemos tenido que esperar muchos años para que el poeta, libre, volviera a sus raíces. Y «aunque algunas ideas o imágenes sobre lasque se traban algunos poemas, vienen casi de mi prehistoria, en tantoque poemas más o menos elaborados todos han tomado cuerpo el últimoaño. Pero ya se sabe, la memoria y la experiencia son vasos comunicantesy sabes donde empiezas pero no donde terminas.» Nos dice el poeta, y confiesa: «He amado y me han amado.» Y con Lope de Vega, que tanto sabía de esto, pues lo probó y lo supo, coincidimos en el amor del poeta y del sorprendente resultado de este amor.
Material de derribo es un libro extraño, esquivo, vivo, un libro edificado y hecho con nobles materiales de derribo que entronca con la tradición y con la modernidad: «Porque amar y hacer versos todo esuno; que los mejores poetas que ha tenido el mundo al amor se los debe». Y aquí tenemos uno.
Si en el atardecer de nuestras vidas seremos examinados en el amor, Material de derribo es un libro que nos puede salvar. (Prólogo) Hilario Barrero Díaz.
POEMAS.
POR QUÉ PLATÓN EXPULSÓ A LOS POETAS DE LA REPÚBLICA.
Deja de perseguir el lugar
donde aún florece la rosa tardía»
Q. Horacio Flaco.
Con el otoño llega el tiempo
de ordenar los vacíos y la palabra.
Si al menos, al final de la aventura,
volvieran, fugaces si quieres,
la sonrisa y el asombro,
tal vez, entonces, tuviéramos un respiro
en esta larga caminata, hoy sin norte,
siempre de vuelta, sombra de la luz.
Deberíamos, un día de estos,
hablar del obligado exilio,
de la nostalgia y las mareas,
antes de zarpar hacia el desarraigo.
EN LOS ESPEJOS DE PESSOA.
«Nuestro sentimiento busca sostén
en aquello a lo que él da forma».
Robert Musil.
Ligera como el recuerdo,
veraz como el humo,
tanto te deseé que apareciste
y fuiste la sal gorda de mis sueños.
Nos hicimos invisibles, de tanto como
adelgazó nuestro presente.
Súbitos espacios exhaustos,
como la mala hierba, vuelven
pegados a las vertientes de tu monte,
a la indecisión de tu perfume.
Sí, vuelves, siempre vuelves,
medrosa y confundida,
conquistada por el castigo,
y no sé qué hacer con estos labios míos
que se niegan a besar otras pieles.
Ahora, entre tú y yo, hay un cristal tenue.
ORIUNDOS DE CAMELOT.
«Lloro por mi padre, aquel buen viejo
que siempre me amó».
K. Kavafis.
Hace algún tiempo... sí, hubo un tiempo,
cuando tu nombre todavía me convocaba
y mi piel respondía atenta a tu mirada,
cuando el reverso de tu voz era el requinto
y un amor verano la máscara perpleja.
Entonces, dicen, creamos las referencias.
La perplejidad del desnudo en la sacristía
y la bendición del cordero pascual eran
como el último sustrato de tu mano tendida.
Hubo muchas caricias recurrentes, redondas,
con la mirada simple, la vida sin orden, sin causa.
Y nos precipitamos, como de rodillas,
hasta saber que somos más que múltiplos.
Unos años de complicidad y un largo exilio
fueron la tumultuosa mutación de nuestro origen.
Hubo que ensanchar la pena para que cupiese el llanto.
Tuvimos secretos comunes y mitos personales.
Ahora sé de tu última verdad, la que ganó el frío,
la fantasía que encontró soluciones reales
frente a la quimera de apresar el presente.
Ambos queríamos llegar a la tierra de nadie
y dimos media vuelta, para seguir mirando al frente.
Abril Medina nació en Guadalajara, México en 1985. Poemas suyos aparecen en revistas como “La voz de la esfinge”, “Residentes Chapalita”, “Masmédula” siendo parte del consejo editorial en ésta última. Catálogos y exposiciones dentro y fuera del país del pintor Luis Medina. Catálogo del pintor Federico Navarra y calendario de Carmen Bordes 2003. Publicaciones Colectivas: Antologías “La palabra clandestina”, “De tanto contar IX”, “Antología de escritores Jaliscienses”, “Antología de poesía eucarística” siendo la más joven de las participantes en los mencionados. Graduada del diplomado en literatura de SOGEM escuela de escritores.
Un poema de Abril Medina.
Fuente: Boletín de escritores mexicanos.
Te han dicho que la sobriedad es un regalo y no un precio
que entender el cauce o germen o topografía con la cara inválida
siempre apegada al natural estado de sus músculos
es la forma correcta de percibir las cosas
que los cálculos exactos y su organizada noción del infinito
justifican esas ganas de sacar la cabeza por la ventana
auto en movimiento
y descifrar la ecuación
cuántos minutos a ochenta kilómetros por hora
qué distancia antes del golpe con otro carro
justo ahí donde te metieron que todo es serio y legislable
justo ahí
medir la probabilidad de que sea boca o nuca
te han dicho que la estabilidad atiende a una necesidad más básica que el alimento
[o la violencia
que tomar un café todas las mañanas a la misma hora es saludable y seguro
o invertir en lentes que prometan mantener tus ojos fijos en la realidad más pesada
más precisa
para que te ahorres como toda persona inteligente
los comentarios más vulgares
que la erudición se esconde bajo un rostro siniestro
y la evolución consiste en desechar el impulso
esas ganas de ponerte tan ebrio
que las ratas y los basureros funjan de interlocutor
o te abraces a un semáforo y cierres los ojos y los abras
jugando al azar con el verde con el rojo
y olvides inmediatamente cuántas veces aparecieron
no sepas qué color ha ganado y en la confusión decidas que odias los semáforos
[y de paso los autos
te han enseñado una selección estricta de buenas actitudes que se resumen en la misma
coagular tu carácter hasta formar un engrudo muy tranquilito
con apariencia de espécimen sano
de buen ejemplar en sociedad
muy quietecito y con facha de genio
hay perros brillantes que nunca ladran y a veces
imaginas desde tu elegancia cómo sería oler el culo de la señorita dispensaria
o el joven que reparte comida china a domicilio
eres muy educadito
se te nota
sobrepeso de mentiras
pero te han dicho que la sobriedad
el vocabulario responsable y adecuadamente pronunciado
la jotería de disculparte cuando expresas tu opinión
y que brillen los zapatos
y los grados de un triángulo siempre son ciento ochenta pero jamás de alcohol
eso no, muy mal
aunque tú piensas en triángulo y en tu mente aparecen tres mujeres con las piernas
[abiertas tocándose los pies y sus vaginas ardiendo a cuarenta grados
pero no, muy mal
faltan números para que la metáfora sea conveniente
y la ciencia ha dicho que los animales ven en blanco y negro
así que no lo dudas
no lo cuestionas
es más digno repetir que no conocen el morado
a concebir tres mujeres en combustión sexual a ciento veinte grados de ninfomanía
[triangular estas jodido
bien jodido
eso no te lo habían dicho.
Pinar del Río, San Cristóbal, 1969. Poeta, escritor y ensayista. Graduado de Maestro Primario. Cursa la Licenciatura en Informática. Ha obtenido premios en varios certámenes
literarios, su obra aparece publicada en diversas revistas de Cuba. Tiene varios cuadernos
de poesía inéditos.
Postales del naufragio.
A Francisco y Roselia, mis padres.
A Midiala y William, por la sangre compartida.
Cuando comprendió que se le iba la vida, se encerró conmigo en nuestro cuarto del patio, para estar juntas hasta el final. Lentamente, para no apresurar la muerte, se lavó con agua y jabón para desprenderse del olor a almizcle que comenzaba a molestarla, peinó su larga trenza, se vistió con una enagua blanca que había cosido en las horas de la siesta y se acostó en el mismo jergón donde me concibió con un indio envenenado. Aunque no entendí en ese momento el significado de aquella ceremonia, la observé con tanta atención, que aún recuerdo cada uno de sus gestos.Isabel Allende
Voy a cantar a los pájaros blancos
en las aguas
azules del cielo
a las nubes
que son
como la espuma al mar.
Ezra Pound.
El Apocalipsis según un cuadro de Modigliani.
Cerca del ruido indefinible de este pincel
que ahora repite los trazos sobre la sombra de madame Zborowska
duerme una hija.
duerme sobre unos anillos que la noche engendra
cada nueve noches continuas
una hija o un alma desafiando aquellos gritos que hace el pincel
tan cercanamente duros
porque la noche engendra la nieve
y la nieve los anillos
que brillan por los pasillos
de la luna
tengo nueve cortinas de pasos breves de pasos evaporados
rompo mi grito cansado por su larga puñalada
doy un centavo a la nada que lo devuelve embrumado
de tanto miedo porque una vez más el pincel
fue el rostro inconcluso de la muerte
y el lienzo tiene su olor dentro del sueño
señora de adoquines con su cansancio a cuestas
el lienzo tiene un aire de papel que muere al descubierto
y daña los ojos antiguo aire del Apocalipsis
que pierde los dedos junto a la entrada del paraíso
una vez más la hija desdobló el espacio entre la cruz y la espada
buscó los antiguos sellos
sostenida de pie en medio del trono
y de los cuatro vivientes y de los ancianos
un cordero como degollado tenía siete cuernos y siete ojos
que son los siete espíritus de dios enviados a toda la tierra
y se acercó y tomó el libro
de la mano derecha del que está sentado en el trono
cuando lo tomó los cuatro vivientes
y los veinticuatro ancianos se postraron delante del cordero
porque la señora muerte se impacienta y madame Zborowska
queda intranquila sobre los mármoles blanquísimos
la hija es una sombra
una historia real al término de estos días ocultos
bajo otro aire y otro lienzo donde el pincel no muera
la hija dentro de una ciudad distinta
que silva al viento su más triste quejido
la hija duerme en el sueño de un instante
es un vaso triste solo en una mesa vacía
donde Modigliani explica que busca a dios en cada escondrijo
porque amada sea la misericordia
en todos los recuerdos del polvo
más que el ruido indefinible la hija es un sueño
y su sangre es piedra que se muestra
iluminada
sus manos quedan quebradas
buscándole trozos de hiedras
ya la vida le salta como un ábaco
donde los números son cuerpos en su más humilde resonancia
porque yo se que de noche su sangre es piedra
yo rompiendo en dos sus luces
yo me acerco a viejas cruces tan antiguas sus heridas
tan desoladas
perdidas piedras-manos para que uses como una tabla
en la más oscura tormenta cuando clamas por dios
y en medio del silencio dices: escuché de esa voz su sentencia
era la inminencia de un decir no dicho
de un no-decible que se dicta cuando todo muere y solo queda el pasto
tan parecido a la última resonancia de este pincel torpe
inadaptada la hija porque tomó el libro y abrió sus sellos
porque he sido degollado
ahora que en mi cuarto la nieve hace sus gritos más oscuros
sus danzan recuerdan aquellas cantatas antiguas como la fiesta del odio
debe existir un sitio donde los colores formen un arco iris
que haga temblar los recodos más íntimos de la muerte.
Dando gritos hasta morir de frío.
Un lugar pegado al suelo casi sin aire falso
gris y seco
tengo en este cuarto
no puedo sentir lo que se acerca silenciosamente a través de las puertas
comienza la noche mía en el dolor del sueño
no amanece dentro del agua un huerto de flores
tampoco cerca de la fuente el agua es clara
porque el invierno ha llegado temprano al jardín
pero no me preocupo yo miro como el mundo rompe sus espejos
un lugar árido
una coordenada desconocida algo que no le sirve al alba ni a la luz
que ahora forma colores sosegados
un lugar dentro de la carne y la sangre
dentro de este pan los juramentos
ah señor los juramentos
perdonamos señor la gloria y el camino aunque nadie estuvo en el puerto
regalando pañuelos
dando gritos hasta morir de frío
ahora el puerto queda silenciado por la nostalgia y la tristeza
que nace siempre cuando el llanto desarregla los espejos
y no sabemos perdonar
porque el perdón es la suerte de los dioses
que no odian a los pecadores que se martirizan implorando
por un lugar desconocido
adonde no llegan las migajas de este pan horrible
pan sin el peso adecuado
pan hecho con las cruces de la muerte
porque la ciudad sabe que va a morir
la cercan sus mármoles corroídos y el sueño del agua
la cercan los silencios que golpean a los hombres
que saben que van a morir en este invierno
dando gritos está mi sueño
dando gritos que algún día serán escuchados más allá de los portones y azoteas
pero cuando vuelva contaré los ladrillos camino a casa
daré de comer a los ratones que ahora veo morir tristemente
afuera existe un cielo muy blanco muy áspero cielo debajo de las sombras
de esta noche durísima.
Nuestro dolor es demasiado grande ahora.
Yo he querido ver el rostro que delimita mi sombra
el rostro del agua
ahora que todos ya se han ido con su cánticos a devorar lo poco
que ha dejado la nada en su huída
mis fantasmas reposan intranquilos en la calle
ahora el viento golpea las banderas
que se aferran a los sueños de ser granito
o mármol
de ser héroe o un simple pianista lleno de humo
mis fantasmas preguntan por el silencio que ahora existe
los árboles moribundos consuelan al fuego
el humo salta desaparece el verdor del verano
mis fantasmas modelan sus últimos trajes
sus rostros dibujan la mueca del reloj
todo se evapora
hasta las azoteas llega el fuego
es triste el camino dentro del reloj porque yo he querido ver
que límites existen entre mi sombra y las nubes
entre la muerte y este muro que ahora se llena
de hierbas oscuras y antiguas
pero la lluvia puede purificarlo todo
aunque la muerte siga ahí
agazapada muerte
lejano rumor del miedo
todo se evapora en las altísimas tribunas donde el odio se da la mano
con este cuerpo carcomido lleno de hormigas está
donde antes vivió el espejo con sus extraños ecos
mortificando a los peces que desovan sus huevos
en la escarpada costa
el mar es enemigo
sus olas rompen la vela
ya las redes están puestas algo caerá este invierno
algo que nos llene el estómago
líbranos del hambre Oh madre
los delfines mueren acosados por mis fantasmas que han dejado de hablar
con su lenguaje extraño
algo caerá madre mía mi mujer frente al fuego y el árbol
que muere lentamente
mi mujer sabe de memoria los caminos de la llanura
cambió su lámpara por dos panes desconocidos
amargos panes sobre un plato lleno de cruces
sabe que los demonios me visitan cada sábado al atardecer
encuentro en ellos todo mi esplendor
crucificando aquellas mariposas ya muertas por el polvo
los demonios danzan alrededor de la mesa
una transparente sopa los espera
todo es augurio de mala suerte porque los relojes descubren sus enigmas
y puedo nombrarme río hasta la medianoche
encuentran el escudo que agoniza
con su estrella bocabajo porque nuestro dolor es demasiado grande
nada escapa en este instante donde la memoria no puede pedir perdón
en el pañuelo doloroso de la angustia
la angustia es el consuelo de los que faltan a la mesa familiar
dentro del pecho tienen sus más enamorados sueños
sus más felices recados
pero los demonios conocen el río que soy
ahora que la medianoche me espera palpando aquellos tonos del olvido
encuentro siempre a los pecadores y militares
a pesar de todo
no romperé mi vela aunque la barca transite entre rocas filosas
yo también quiero ver a dios
su rostro transparente me hace descender al sueño
no romperé mi vela
ya los náufragos han vuelto cargados de baratijas
porque nadie será condenado
cualquiera puede venir a la fiesta para crucificar a las pobres mariposas.
Yo he conocido el odio y la podredumbre.
el rostro se balancea sobre la cuerda
es tonta mi locura
apenas un agujero y su corazón se desarmó en pedazos
la maleta rota rotos los zapatos
los gorriones comían sumergidos en el más absoluto mutismo
yo he conocido el odio y la podredumbre
apenas un agujero
tendido el corazón sobre el asfalto
porque volvieron los verdugos a mutilar su cuerpo
hachas afiladas cortaron sus venas
mucha sangre en mi vaso
frente a la virgen que lloraba
apenas un agujero y la oscuridad alcanzó la calma
frente al camino que ha domado mis pasos
afuera canta la muerte
lejano a ella mi cuerpo frágil rozó sus labios
espero encontrarme a salvo
donde estoy no llegan las mordidas del odio
a veces la muerte mira hacia los lados
frente a ella el espejo se puede romper en muchos pedazos enormes
dónde aparecerá el camino más oscuro
ahora todo me parece vacío desde este balcón
el cielo se ve más cercano a pesar que las luces aparecen y se marchan
inventando nuevas derrotas
afuera la ciudad muere gracias a los golpes afrontados
rápidas escaramuzas cuidado que el camino puede ser inútil