viernes, 31 de octubre de 2008

AMÉRICA NATIVA - ADOLFO PAYÉS.


AMÉRICA NATIVA - ADOLFO PAYÉS (MICROBIOGRAFÍA AQUÍ)


(Fragmentos)

Busco por toda América nativa

el rostro emancipado
de mi pueblo, de los indios,
de los negros, de las indias
de las negras, de los pobres,
de los más pequeños de este continente.

Busco por toda América Nativa
su identidad, su tiempo, su silencio
su historia, su lengua, sus enseñanzas.

Busco y solo busco a mi América Nativa.

Deambulo por las selvas,
por los montes, por los desiertos
por calles, por veredas, por pueblos
por ciudades y encuentro solamente
rostros curtidos por el tiempo
olvidados por el tiempo
ejecutados por el tiempo
por la historia, que no es su historia.

Deambulo desde el Sur al Norte de toda mi América Nativa,

la nuestra, la de ellos, la de los indios, de los negros,

la de las indias, la de las negras, la de de los pobres,

la de de los más pequeños de este continente.

Busco por mi América Nativa
los sueños, los versos, los cantos
la pintura, el silencio, los instrumentos
y solo encuentro, voces, lenguas,
miles de lenguas anónimas,
silentes aunque palpiten por las selvas,
por los montes, por los desiertos
por las calles, por las veredas,
por los pueblos, por ciudades.

Deambulo por mi América Nativa

Y encuentro brazos, hierros,
Voces, letras, hombres,
Mujeres, viento, mar, inti
Tierra, nuestra pacha mama.
Deambulo por mi América Nativa
Y encuentro exilio, dolor,
Historia, pero no la nuestra
La de los maquiavélicos

Seres enjutos e injustos.

Los que nos quieren imponer
sus normas, sus leyes de miseria
de hambre, de tortura, de dictadores
asesinos de inocentes,

de millones de vidas
que mueren lentamente
por culpa de sus efímeras riquezas.

Busco y busco a mi América Nativa.

lunes, 27 de octubre de 2008

Fernando Sarría.

"La poesía es un arma que se dispara sola como el amor de un loco" Fernando Sarría.

"Llevo la poesía como una segunda vida y los blogs me ayudan a ello. Tengo publicado un libro de poemas: EL ERROR DE LAS HORMIGAS"

Todavía el otoño.




Todavía el otoño sangra su pureza,
en sus mimbres rojos
mi cuerpo se deshace
y quedo para ser arena
entre tus manos,
caliente y húmeda,
con el fuego del último verano.

Vendrá noviembre
y el sabor de las uvas
perdurará en los deseos de la boca.

Como si jamás nos hubiéramos dejado
tendrás en el rigor de las noches
mi piel junto a la tuya,
la miel de los regazos,
el dolor de cada yema,
hiriéndonos
entre las sábanas
con el placer
de lo que nunca serán las despedidas.

Existe un océano en la noche.


Existe un océano en la noche.

Un desierto de huellas imprecisas.
Un viento de arenas y de gotas azules.

Existe un tiempo de sangre formando las paredes del miedo,
el surgir de lunas blancas como sábanas donde cubrirse los amantes.

Ellos saben del sabor de las lenguas,
la saliva que siempre derrama el estupor del encuentro,
lo incontrolado arreciando en la lluvia.

Existe un tesoro de ámbar,
un rincón de piel donde fundirse,
sabios y desnudos nada detiene el deseo de dos cuerpos.

Se abrirá la mañana,
tocarán todas las campanas
el recio sonido de arrebato,
ellos, dormidos en la cama del sueño,
agotados por la vigilia,
seguirán naufragando,
rodeados por la fragancia que nunca cansa al corazón.


El lenguaje de las hormigas.

El lenguaje de las hormigas es húmedo, constante,

ligero pero lleno de matices y sabores.

Nada se determina de antemano,

reconocen las sendas claras y oscuras de la tierra,

de un cuerpo sonrosado y de un anhelo.

Su murmullo es la marca de su saliva,

la piel siempre deseándolas

y aunque cierren los oídos, las ventanas,

las puertas de la cama,

ellas, pacientes, sabrán esperar.

(Del libro El Error de las Hormigas)

jueves, 23 de octubre de 2008

Sylvia - Poema.

Sylvia I.

Autor: VALMORE MUÑOZ ARTEAGA.





Voz: Jesús Gutiérrez Peral (Colaborador. Grabado en España)

Sylvia, en el silencioso encanto de tu entrepierna fluctúa el boscoso laberinto húmedo donde se adormece mi lengua entre el fragor de la sangre sencilla como un rumor de espuma. Frente al vértice de tus piernas, subo a beberme tus signos incontrastables. Subo a saborear las secreciones que corren hacia el infinito entre esta fiebre extravagante de tu cuerpo y la muerte depositada al final del día cuando debo huir de las tormentas de tantas miradas borrachas y sin nombres.

Cierro mis ojos para perderme entre cada palpitación de tu sexo. Cierro mis ojos para existir entre las apariencias. Entre esta dolorosa existencia diaria. Entre tanta luz y tanto sol. Cierro los ojos y me aferro a tu cintura desnuda, abierta, solemne, agitada por el roce, por el sudor que se me escapa. Y vuelves a palpitar ansiosa, hambrienta de mi sangre, mientras bebo de la tuya en un pacto olvidado entre las sombras del tiempo.

Sylvia palpitante y sangrienta. Sylvia de piernas duras, de noches terribles, de largos insomnios, de demencias y alucinaciones, ábreme el laberinto de tu vientre para depositarme y esconderme, para beberte los ríos que te recorren, para saciarme de fantasmas y demonios. Sylvia, nuestra Sylvia. Dame, a través de tu cuerpo, tus rincones más íntimos. El eterno veneno de tu oscuridad infatigable. Derechos Reservados © Valmore Muñoz Arteaga- Venezuela. VISITA SU BLOG.

lunes, 20 de octubre de 2008

CLAUDIA ISABEL LONFAT.


Sueño día a día con la posibilidad de poder expresarme mediante la poesía, encontrar las palabras adecuadas que dejen fluir todo lo que llevo dentro de mí”

De "Pequeños espacios"



II
El perfecto ritmo de tu lengua
serpenteando en mi boca
la respiración agitada,
Tus manos que me aprietan ansiosas
Dos cuerpos desnudos
Reptando en el espacio
Consumiéndose en su fuego
Hay en el aire
Un olor a sexo ardiente
Y también,
un animal hambriento
A punto de devorarse
A si mismo…


III
Sutil, casi imperceptible…
En el espacio
Entre tus piernas
Calidez y temor
Tu sexo es una pregunta.
No tengo respuesta
No tengo tesoros ocultos,
Ni filosos cuchillos
Tampoco tules y encajes
Sólo este cuerpo desnudo
Vestido de deseo…
Quiero quedarme en la noche
No velarme en tus ojos cansados.
En el silencio de tu boca
¡Hay tantas palabras agolpadas!
clavadas a tu lengua.
No me dejás conocerte
No permitís que te vea

Te estás ocultando
Como si pudieran tragarte
mis palabras…
Derechos Reservados © Claudia Lonfat.


LLAVES.
I
Tu voz
Es un suspiro
que se quiebra en la noche.
Un quejido
Que hiere
mientras me acaricia

II
Me desgajo
entre tus manos
donde se hace miel
mi orgasmo

La cazadora reposa
perdida en tu mirada.
Lejana, pero mía.
Me pregunto,
Cuantas vidas llevo
respirando sin vos

Pero sin vos…

Presagio cruel.
No encontrar
un lugar en el mundo
donde fundirnos

III
Te temo
Más que al olvido
Más que a la muerte
Te temo
Porque me dejás sin palabras
Y yo no sé hacer otra cosa
más que escribir poemas…

Poemas que son preguntas
Llaves que abren,
pero no cierran…

Derechos Reservados © Claudia Lonfat.

viernes, 17 de octubre de 2008

JUAN FELIPE ROBLEDO.

JUAN FELIPE ROBLEDO (1968).


Nació en Medellín, Antioquia, en 1968. Ha sido profesor de Literatura de la Universidad Javeriana. Ha publicado antologías de la obra poética de Francisco de Quevedo, Luis de Góngora, Juan de la Cruz y del Romancero español. Con el libro |De mañana, ganó el Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines en 1999 y con |La música de las horas. el Premio Nacional de Poesía del Ministerio de Cultura en 2001.


Nos debemos al alba.


Traicionar las palabras,

canjear su peso, su color,

en el sucio mercado de los días

es acto que nos llena de muerte

y ceniza y vago afán.

Ha de ser castigado

con el hierro, la soledad,

el tedio y la miseria.

Nos debemos al alba,

plateros, a la dicha,

y al canto y al remo

y al ensueño trazado en la garganta

y a mañanas sin prisa

en las orillas de un mar que ya no es.

Porque al final todo es olvido

para quien al tráfago su sangre dona,

a la parla chi suona

y a conversaciones con tontos

y mercachifles,

y comete delitos en descampado

con las pequeñas,

las terribles y mansas

y arteras palabras.



Muchacha del baño público.


Seguramente no veré con estos ojos mortales

la historia de esta muchacha que imagino clara y afectuosa.

Seguramente sonreirá con descaro

y tocará las espaldas de los que esperan frente a la estación.

Habría deseado contemplar

su lento detenerse en callejuelas

y la forma como se prende de la solapa de un marino.

Nada de esto conoceré, no podré disfrutar un estofado de pescado

junto a ella contemplando el undoso río.

Sin embargo, parece que la conozco de siempre

cuando imagino esta tarde el regreso a casa

(deteniéndome por dulces y pan y miel)

para intentar convocar su cuerpo, su presencia

de bailarina a destiempo,

de amiga entre abrojos.



Como esperando abril.


Sumergido en el tiempo, olvidado

de todo lo que fuera

la terrible discordia entre el hambre y la saciedad,

el hombre se acodó en la barra.

Ya no lloraba

Había descubierto el poder

de la distante belleza,

la que se detiene y no gira.

Y aquello que era disminución

se hacía retorno,

espera jubilosa de otro abril, completo, rotundo, sin temores.


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jueves, 16 de octubre de 2008

ELEONORA REQUENA.

Eleonora Requena nació en Venezuela en mayo de 1968. Con el libro de poemas Sed (1998), obtuvo una mención en el Concurso Literario Semana de la Juventud. Con el libro Mandados, obtuvo el Premio de la V Bienal Latinoamericana de Poesía José Rafael Pocaterra (1998-2000). Diferentes reseñas sobre su obra poética han aparecido en diferentes revistas y diarios venezolanos. Curso estudios de Literatura en la Universidad Católica Andrés Bello. Participó en los talleres de Creación Literaria del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (CELARG), donde publicó en su colección Voces Nuevas (1995-1997), Caracas, 1999.


En levitante exploración de un sueño...

En levitante exploración de un sueño


pacen en la charca mis escombros aúnan al clamor de estos desechos


más sanguaza y ristras de improperios


yerguen los guindajos de un dolor que bajo gasas


es oculto a la mirada de un extraño


Son estos despojos el festín de un buitre


manan del gran cuerno de la noche.

Me dice la espera.

Me dice la espera


no me aguardes


no sabrás


por donde vengo


ni a cual hora


en menoscabo


de tus noches

Ayer tuve los ojos


quebrantados


inaudita madurez


contemplativa


y no ver nada

yo me duermo


con los ojos encendidos

llega.

No puede inmiscuirse un verso.

No puede inmiscuirse un verso saludable

en esta tarde tironeada por el tedio


imposible convocar a pajarillos cobijarse en la cornisa


un hombre tambaleante escupió


toda su molicie en mi zapato deben ser las seis reverbera


aturde tanto atisbo


mejor será colarse en un café


y en paz sorberse.

miércoles, 15 de octubre de 2008

MÁS ALLÁ DE LOS SILENCIOS.

Más allá de los silencios.

AUTOR: JOSEFINA JIMÉNEZ

JJ – NOTAS DEL SILENCIO.

VOZ JESÚS GUTIERREZ PERAL – ESPAÑA.


Un torbellino de ideas y un laberinto de entusiasmos

confluyen en mí esta mañana tosca

donde sólo me reanima trajinar contigo

ese sofocante verano que se queda en tu piel.

Hago silencio y te escucho.

Me extasío imaginando el resplandor de los trigales.

Nada ni nadie están tan lejos me digo.

Vienes y voy cada tanto tiempo en este encuentro virtual

en el que nuestra amistad se alimenta de letras.

Recordé al Teatro del Absurdo con este diálogo.

Cuántas dudas, semejanzas y contradicciones

podemos albergar en esta búsqueda infinita de nosotros mismos.

Cuánto silencio precisamos para entender nuestra sinfonía interna.

Cuánta soledad hace falta para que extrañes tu presencia.

Y seguimos hablando.

Algunas veces nos toman por sorpresa ciertos pensamientos:

Las incertidumbres anidan profundo.

Sé que un día cruzaré esa frontera

y me estremezco tan sólo al pensar en la euforia del abrazo

Un café sería genial y las horas pasarían sin darnos cuenta

Se detendrían mis ojos en esa sonrisa que presiento plena y jovial

Nos auscultaríamos hasta la transparencia

Vaciaríamos nuestras memorias sin prisa y sin levedad.

La mañana se torna delicada

tras el monólogo que provocas

despertando este mundo que arrincono.

Valiente quimera que me sostiene

en esta fragilidad

ansiando acariciar la vida desde un sombrío jardín.

Y en este preciso instante

sé a dónde van las palabras que ahogamos:

Se hacen sueños para remontarse más allá de los silencios.

martes, 14 de octubre de 2008

LAURA YASÁN.

Laura Yasán nació en Buenos Aires, Argentina, en 1960. Ha coordinado talleres de escritura en unidades penitenciarias, orfanatos, asilos y bibliotecas. Sus poemas han sido publicados en diferentes revistas literarias de Argentina y el exterior. En 1988 integró la “III Antología Ilustrada de poesía joven” (Editorial Hombre Nuevo) y en el 2000 la antología poética Zapatos Rojos 2000. Publicó “Doble de alma” (poemas, Tierra Firme, Bs.As.1995). “Cambiar las armas” (poemas, Botella al mar, Bs.As.,1997), Loba negra (poemas, La bohemia, Bs.As.,1999 y Edit.Educa, Costa Rica, 1999) y “Cotillón para desesperados” (poemas, la Bohemia, Bs.As. 2001). “Loba negra” recibió el Premio Único de Poesía EDUCA, Costa Rica, 1998). “Cotillón para desesperados” recibió mención especial del jurado en el IV Premio Internacional de Poesía Ciudad de Medellín, Colombia, 2002. "Tracción a sangre" (La Bohemia, 2004) y "Ripio" (Nuevo Hacer 2007). Su obra fue parcialmente traducida al inglés y publicada en la antología “Poetry Ireland Review”, Irlanda, 2002. Integra desde el 2000 el consejo de redacción de la revista literaria “Los rollos del mal muerto”.

En Febrero del 2008, su libro inédito ¨La llave marilyn¨ recibió el premio de poesía ¨Casa de las Américas¨ en Cuba.

Palabras no.

no hay nada verdadero en las palabras

todo lo que conozco es este parador en medio de la ruta un bloque de concreto bajo el cielo infinito

todo lo que deseo es arrancarme de los pies este vendaje sucio estos zapatos húmedos

lo poco que comprendo viaja de la belleza a la locura de la locura a la belleza y no termina nunca de llegar

tengo ese hábito un tránsito frenético a la luz el fulgor que no existe y me sigue alumbrando como una estrella muerta

todo lo que persigo termina devorándome es el atardecer y no quiero saberlo no quiero moderar el estallido no quiero que se extinga no llegaré a la noche esperando palabras ya fui sequía

si es necesario un bosque para que el fuego arda un día más ahora seré rayo.

POLUCIÓN.

Y si a pesar de todo se habla de amor

nada te exime

de ser el basural donde el fulano

arrojará residuos

orgánicos también.

CAMBIAR LAS ARMAS.

A veces

un fulgor me hace libre

es un momento de ilusión

tan perentorio

que se come a si mismo

o tanto es el error

que encandilarse alcanza

pero

yo nunca fui capaz de perdonar

o abreviar en la fe

mas bien golpeo

mil veces sobre la misma piedra

y no hay quien me convenza

de que no va a gritar

pero

desde un tiempo a esta parte

llega la voz del altruismo

un discurso sumido en la vulgaridad

que al cuerpo

ya no le da descanso

cuchillería nueva a estas alturas

mis amigas

lo llaman madurez

(Editorial Botella al Mar, 1997)

lunes, 13 de octubre de 2008

HORACIO BENAVIDES.

HORACIO BENAVIDES (1949).

Nació en Bolívar, Cauca, en 1949. Ha sido profesor de educación básica primaria y educación media en Cali, ciudad donde también dirige un taller de literatura para niños. Es coeditor de la revista de poesía |Deriva. Ha publicado, entre otros, los libros de poemas: |Orígenes (1979), |Las cosas perdidas (1986), |Agua de la Orilla (1989), |Sombra de Agua (1994), |La aldea desvelada (1998), y |Sin razón florecer, con el cual ganó el Concurso Nacional de Poesía del Instituto Distrital de Cultura y Turismo en 2001.

Donde estuvo el sueño.

Has vuelto

Tu boca ha madurado


en el hilo invisible


del verano

Dunas barridas por el viento


y el deseo de posar los labios


en los pliegues de la arena

Aroma de flores


no vistas

Acaricio tus manos


e igual que entonces


me inclino al vacío.

Pradera sin límites.

Como acabada de salir del diluvio


a estrenar la pradera


sin límites


viene la vaca

su tiempo es purísimo

y cuando las trompetas del fin


recuerden nuestras cenizas,


ella estará de pié


rumiando


los ojos en duermevela.

viernes, 10 de octubre de 2008

LUIS SEVILLA - MADRID.

POEMA XII.




Autor: Luis Sevilla.

“Estoy sola, a pesar de todo, del otoño, del frío de la mañana, de las hojas que se caen,

de las horas que son más cortas, del largo paseo hacia el trabajo donde me cruzo con

todo un mundo que despierta.


Nadie sabe quién soy.


Nadie repara en mí, y los árboles del camino se enroscan a la parada del autobús,

siempre llevándonos en círculos hacia alguna parte.


A pesar de todo, estoy sola.


Sola en los museos, en los centros comerciales,


Cuando bebo cafés, o copas, o tú me besas en los soportales uno de esos días tontos en

los que Madrid se decidió a llover.


Estoy sola cuando te cuento alguna de mis historias,
Y cuando estoy triste, o alegre, o tranquila,

o quiero encender las luces de la ciudad una a una


O contarte algo que he descubierto

de una de esas películas en blanco y negro que tanto me apasionan.


Y a pesar de todo, estoy sola.


Sola,


Tanto que te sorprendería ver que estoy desnuda


Mirándome en un espejo


Como si todas las óperas del mundo


Fueran mi mortaja”.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Valmore Muñoz Arteaga.

Cuando digo poesía estoy diciendo:

"Vivir no importa cómo, no importa en qué condiciones, no importa si esa vida está en riesgo. Vivir, así de simple” Valmore Muñoz Arteaga.


Valmore Muñoz Arteaga. Maracaibo 1973.

Ensayista y poeta. Docente de literatura. Miembro de la Asociación de Escritores del Estado Zulia. Colaborador en los diarios El Nacional, El Universal, La Verdad y El Venezolano. Colaborador en revistas científicas y culturales como Espéculo, La rosa profunda, Predicado, Guiarte, Solo literatura, Panfleto Negro, Letralia, País Portátil.

Autor de Epistolario: Briceño – Iragorry y Picón Salas (Ensayos, compilador); Mario Briceño – Iragorry desde la vigilia y otros ensayos (Ensayos); Bajo la caligrafía de la noche (Poesía), todos auspiciados por la Universidad Católica Cecilio Acosta.

Sylvia (Poesía) julio 2008 bajo el sello editorial Rojo y Negro.

Sus trabajos han sido traducidos al alemán y al rumano.

SYLVIA.

(FRAGMENTOS)

I

Sylvia, en el silencioso encanto de tu entrepierna fluctúa el boscoso laberinto húmedo donde se adormece mi lengua entre el fragor de la sangre sencilla como un rumor de espuma. Frente al vértice de tus piernas, subo a beberme tus signos incontrastables…

XII

Sylvia – lámpara en el sueño – bailas, desnuda, bajo la lluvia, la penetrante danza que decora mi sepelio.

XXIV

Cierro los ojos y tu pubis, Sylvia, se vuelve ánfora de efímeras espumas; se transforma en risa de pétalos caídos en mis manos para celebrar la vida. Tu pubis – dios que habita en mi pecho – va modelando las formas de mi boca, las peripecias que ejecuta mi lengua para que cantes desde tu otra vida el milagro de la sangre.

XXXIV

Tu boca me trajo de paso por la muerte. La palpé entre el esplendor de las esmeraldas multiplicadas como manos de mendigos desmantelando el sudor atroz de la noche. Junto a tu cuerpo echado, aprendí a leer cómo respira la llama por el sólo movimiento de tu sombra, desatada bajo las blasfemias y la socia condición humana…

martes, 7 de octubre de 2008

JOSÉ GARÉS CRESPO.

José Garés Crespo.


Nació en Alzira (Valencia, España) y ha publicado dos poemarios: Al pasar, en Arrecife, Cádiz, y Falc sense ma (en catalán), finalista del premio Octubre, publicado por TRES I CUATRE. Fundador de la revista de poesía GRAMA.


BANDERAS SOBRE EL POLVO.



Somos el principio, el ángel negro de tantas cosas


como inevitable fruto de un tiempo revuelto.


Asombrados vemos desplazarse el horizonte,


perderse los relieves en las alas de la oración nocturna.


Organizamos el caos buscando el nuevo orden,


dónde sentarnos a la derecha, comer el pan,


y administrar el perdón, sin prisas. Abrumados.


Sobornamos la trascendencia, subvertimos el equilibrio


desahuciamos la paz de los cuerpos y del refugio


y abordamos el descuido necesario para caminar,


lúcidos y transparentes, como el dolor de una lágrima.


Por una noche al menos, entre náufragos y vértigos,


seremos la senda que conduce al principio del universo;


el deseo calcinado por el reflejo solar del espejo de tus ojos.

sábado, 4 de octubre de 2008

HANNI OSSOTT.


Poeta venezolana nacida Caracas. Licenciada por la Universidad Central de Venezuela, de dónde también fue profesora, recibió los Premios Nacionales de Poesía Ramos Sucre y Lazo Martí. Ejerció la crítica de arte, publicando varios libros de ensayos sobre poesía. Su actividad creadora y su producción fué siempre constante y prolífica. Entre su poesía editada en más de quince libros destacan, Hasta que llegue el día y huyan las sombras (1983), El reino donde la noche se abre (1986), Plegarias y penumbras (1986), Cielo, tu arco grande (1989), Casa de agua y de sombras (1992) y El circo roto (1993). Hanni Ossott trasladó a su voz poética, arraigada en una compleja experiencia vital, la profundidad de Emily Dickinson, los acentos de Rainer María Rilke (a quienes tradujo al castellano) y la sensibilidad moldeada en la lectura de tres autores alemanes, Goethe, Hölderlin y Nietzsche. Hanni Ossott murió el 31 de Diciembre de 2002 después de pasar varios años recluida en una casa de reposo. Una editorial venezolana ha recogido recientemente su obra bajo el rótulo de Poemas selectos.

LA MORDIDA PROFUNDA

Hay una mordida profunda
incisiva
en el centro de mi sexo
por la cual yo me erijo como yo misma
y soy,
y poseo y dono.
Regalo mi cuerpo y mi ansia.

Hay una mordida en mí
que doblega al otro
lo arrodilla, lo inclina

por esa mordida se abre un vasto mar de vacíos
vértigos
precipitaciones
abismos
Me cruza una pendiente
me traza un precipicio
en el amor...
y en todas mis secretas junturas
con cuido, con recelo, tú te avienes a mí
y no me sabes.

UNA MUJER SOLA.
A mí y a Gioconda Espina.

Una mujer sola
rodeada de cactus
de Palos del Brasil
tiene poca salida
no puede ir al Circo
la fiesta le está vedada
la alegría pospuesta

Una mujer así, sola

de ella no queda nada.

Junio, 1991.

EL CIRCO ROTO
A todos
<>
Rafael Cadenas (En una conversación.)

He muerto
he trascendido la muerte
he trascendido la vida
más allá de mí no queda nada
sólo rastrojos
penas

La fiesta se ha apagado
las luces del teatro ya no existen
estoy en la nada
del Circo no queda sino un traje raído
cansado
descolorido.

Julio, 1991.