Laura Yasán nació en Buenos Aires, Argentina, en 1960. Ha coordinado talleres de escritura en unidades penitenciarias, orfanatos, asilos y bibliotecas. Sus poemas han sido publicados en diferentes revistas literarias de Argentina y el exterior. En 1988 integró la “III Antología Ilustrada de poesía joven” (Editorial Hombre Nuevo) y en el 2000 la antología poética Zapatos Rojos 2000. Publicó “Doble de alma” (poemas, Tierra Firme, Bs.As.1995). “Cambiar las armas” (poemas, Botella al mar, Bs.As.,1997), Loba negra (poemas, La bohemia, Bs.As.,1999 y Edit.Educa, Costa Rica, 1999) y “Cotillón para desesperados” (poemas, la Bohemia, Bs.As. 2001). “Loba negra” recibió el Premio Único de Poesía EDUCA, Costa Rica, 1998). “Cotillón para desesperados” recibió mención especial del jurado en el IV Premio Internacional de Poesía Ciudad de Medellín, Colombia, 2002. "Tracción a sangre" (La Bohemia, 2004) y "Ripio" (Nuevo Hacer 2007). Su obra fue parcialmente traducida al inglés y publicada en la antología “Poetry Ireland Review”, Irlanda, 2002. Integra desde el 2000 el consejo de redacción de la revista literaria “Los rollos del mal muerto”.
En Febrero del 2008, su libro inédito ¨La llave marilyn¨ recibió el premio de poesía ¨Casa de las Américas¨ en Cuba.
Palabras no.
no hay nada verdadero en las palabras
todo lo que conozco es este parador en medio de la ruta un bloque de concreto bajo el cielo infinito
todo lo que deseo es arrancarme de los pies este vendaje sucio estos zapatos húmedos
lo poco que comprendo viaja de la belleza a la locura de la locura a la belleza y no termina nunca de llegar
tengo ese hábito un tránsito frenético a la luz el fulgor que no existe y me sigue alumbrando como una estrella muerta
todo lo que persigo termina devorándome es el atardecer y no quiero saberlo no quiero moderar el estallido no quiero que se extinga no llegaré a la noche esperando palabras ya fui sequía
si es necesario un bosque para que el fuego arda un día más ahora seré rayo.
POLUCIÓN.
Y si a pesar de todo se habla de amor
nada te exime
de ser el basural donde el fulano
arrojará residuos
orgánicos también.
CAMBIAR LAS ARMAS.
A veces
un fulgor me hace libre
es un momento de ilusión
tan perentorio
que se come a si mismo
o tanto es el error
que encandilarse alcanza
pero
yo nunca fui capaz de perdonar
o abreviar en la fe
mas bien golpeo
mil veces sobre la misma piedra
y no hay quien me convenza
de que no va a gritar
pero
desde un tiempo a esta parte
llega la voz del altruismo
un discurso sumido en la vulgaridad
que al cuerpo
ya no le da descanso
cuchillería nueva a estas alturas
mis amigas
lo llaman madurez
(Editorial Botella al Mar, 1997)
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