viernes, 6 de agosto de 2010

Poemas de Pablo Romay. México.

Pablo Romay (1976) es ciudadano del mundo y ciudadano mexicano, poeta, periodista, traductor de dos idiomas, fotógrafo, y de profesión piloto aviador. Es budista desde 1995, filosofía que influye en sus poemas. Como periodista freelance ha publicado en una decena de revistas.

NÁUFRAGO DE TU OCÉANO.


Soy todo tuyo, me posees
atraes con un movimiento
una mirada, me quita el miedo, la ropa
me rodeas como noche bendita
siento mi piel hundirse en ti
tu inmensidad
tiemblas, tu océano se encrespa
tus blancas olas se agitan
avanza la tormenta
me inundas
me estremezco
te abrazo
como náufrago a medio mar
te aferro rendido
me entrego
me dejo ir
me voy
te despliego mis entrañas
y caigo
me recuesto en ti… ahogado.




MARINERO.


Desde que mi madre me tomaba en sus
brazos se entreveía.
Crecí admirando el mar abierto,
la marea de todos los días pasando frente a mi
las olas llamativas de todos tamaños.
Y me preparé para ser un marino;
hasta el día de hoy, me dispongo
con mi uniforme de cielo y sol
y mis ojos que escudriñan los astros mirándome
listo a abordar el barco vivo
a navegar
a sucumbir
entre el oleaje inevitable
y la espumosa blancura de tus pechos.




TUS PECHOS ME RECUERDAN AL MAR.


Fluyen a través de mí
refrescantes,
deliciosas olas juguetonas
golpean insistentes
mi proa pectoral
que se mece sobre ti
se abre paso ferviente
por tu mojada inmensidad oceánica
mientras nos entregamos como gaviotas
al infinito.



MI MANO Y TU TIERRA PROMETIDA.

Tu carne, sangre y huesos,
tu cuerpo misterioso acostaste junto a mi
en la negrura cubierta de la noche.
Tú dormías y despertabas con tu calor mis instintos.
Mi mano aventurera
se lanzó en una expedición a tu inmensidad
y acampando en tus valles te despertó poco a poco
se presentó
y la hiciste bienvenida
te fue tocando el espíritu en las partes sensibles de tu piel
se hizo tu amiga
y osada se metió como semilla a tu fértil tierra abierta
y se hizo tu amante
hasta que no hubo recatos
y te pusiste a bailar con ella en un
frenesí alocado
hasta caer rendida.

Pero mi mano no había saciado su sed…



HERIDA ENTRE LAS PIERNAS.

Mujer terrestre,
pudorosa se esconde entre tus muslos,
reservada del mundo,
una herida que no sana entre las piernas,
una llaga de amor,
que exuda olores que despiertan los instintos,
ventilados por las faldas.
Altar donde nace el deseo,
boca que gime,
yo quiero lamer esa herida,
como curandero ancestral,
esperando curarte ese amor lastimado,
esa percepción de sexo débil,
dolor y placer en conflicto.



PÁRATE, QUIERO DARTE UN ABRAZO.

Mi cuerpo es tu casa
tu cuerpo es mi hogar
en él me acuesto
me duermo, me meto
como hormiga me subo a tu cuerpo
recorro tus brazos
te hago cosquillas,
en tu ombligo juego
de tu piel respiro
de tu boca como
de tus senos bebo
en tus nalgas me detengo a descansar.
Como pájaro sobre Laurel de la India,
en tu cuerpo me refugio.



EL MUNDO SE VUELVE HÚMEDO.

Despierto a la mitad de la noche
y no puedo evitarlo,
pensar en la última mujer que me ha impresionado,
tal vez alguna otra,
y entonces sucede:
el mundo se vuelve húmedo.



COMO PALABRA.

Como una palabra te formas,
parte por parte, te elevas
te pido
apareces frente a mi maravillosa
te muestras y no te tapa nada,
te quedas desnuda,
pero no te distingo, no te comprendo,
no entiendo lo que me quieres decir,
y te borras, te vas, te desunes
apareces con una nueva forma,
diferente,
más extraña, más significada,
menos entendida,
más palabra.

No hay comentarios: