sábado, 6 de febrero de 2010

Poemas de Alfredo León Barcelo. Cuba.

Alfredo León Barcelo. Cuba.

Pinar del Río, San Cristóbal, 1969. Poeta, escritor y ensayista. Graduado de Maestro Primario. Cursa la Licenciatura en Informática. Ha obtenido premios en varios certámenes

literarios, su obra aparece publicada en diversas revistas de Cuba. Tiene varios cuadernos

de poesía inéditos.

Postales del naufragio.

A Francisco y Roselia, mis padres.

A Midiala y William, por la sangre compartida.

Cuando comprendió que se le iba la vida, se encerró conmigo en nuestro cuarto del patio, para estar juntas hasta el final. Lentamente, para no apresurar la muerte, se lavó con agua y jabón para desprenderse del olor a almizcle que comenzaba a molestarla, peinó su larga trenza, se vistió con una enagua blanca que había cosido en las horas de la siesta y se acostó en el mismo jergón donde me concibió con un indio envenenado. Aunque no entendí en ese momento el significado de aquella ceremonia, la observé con tanta atención, que aún recuerdo cada uno de sus gestos. Isabel Allende

Voy a cantar a los pájaros blancos

en las aguas

azules del cielo

a las nubes

que son

como la espuma al mar.

Ezra Pound.

El Apocalipsis según un cuadro de Modigliani.

Cerca del ruido indefinible de este pincel

que ahora repite los trazos sobre la sombra de madame Zborowska

duerme una hija.

duerme sobre unos anillos que la noche engendra

cada nueve noches continuas

una hija o un alma desafiando aquellos gritos que hace el pincel

tan cercanamente duros

porque la noche engendra la nieve

y la nieve los anillos

que brillan por los pasillos

de la luna

tengo nueve cortinas de pasos breves de pasos evaporados

rompo mi grito cansado por su larga puñalada

doy un centavo a la nada que lo devuelve embrumado

de tanto miedo porque una vez más el pincel

fue el rostro inconcluso de la muerte

y el lienzo tiene su olor dentro del sueño

señora de adoquines con su cansancio a cuestas

el lienzo tiene un aire de papel que muere al descubierto

y daña los ojos antiguo aire del Apocalipsis

que pierde los dedos junto a la entrada del paraíso

una vez más la hija desdobló el espacio entre la cruz y la espada

buscó los antiguos sellos

sostenida de pie en medio del trono

y de los cuatro vivientes y de los ancianos

un cordero como degollado tenía siete cuernos y siete ojos

que son los siete espíritus de dios enviados a toda la tierra

y se acercó y tomó el libro

de la mano derecha del que está sentado en el trono

cuando lo tomó los cuatro vivientes

y los veinticuatro ancianos se postraron delante del cordero

porque la señora muerte se impacienta y madame Zborowska

queda intranquila sobre los mármoles blanquísimos

la hija es una sombra

una historia real al término de estos días ocultos

bajo otro aire y otro lienzo donde el pincel no muera

la hija dentro de una ciudad distinta

que silva al viento su más triste quejido

la hija duerme en el sueño de un instante

es un vaso triste solo en una mesa vacía

donde Modigliani explica que busca a dios en cada escondrijo

porque amada sea la misericordia

en todos los recuerdos del polvo

más que el ruido indefinible la hija es un sueño

y su sangre es piedra que se muestra

iluminada

sus manos quedan quebradas

buscándole trozos de hiedras

ya la vida le salta como un ábaco

donde los números son cuerpos en su más humilde resonancia

porque yo se que de noche su sangre es piedra

yo rompiendo en dos sus luces

yo me acerco a viejas cruces tan antiguas sus heridas

tan desoladas

perdidas piedras-manos para que uses como una tabla

en la más oscura tormenta cuando clamas por dios

y en medio del silencio dices: escuché de esa voz su sentencia

era la inminencia de un decir no dicho

de un no-decible que se dicta cuando todo muere y solo queda el pasto

tan parecido a la última resonancia de este pincel torpe

inadaptada la hija porque tomó el libro y abrió sus sellos

porque he sido degollado

ahora que en mi cuarto la nieve hace sus gritos más oscuros

sus danzan recuerdan aquellas cantatas antiguas como la fiesta del odio

debe existir un sitio donde los colores formen un arco iris

que haga temblar los recodos más íntimos de la muerte.


Dando gritos hasta morir de frío.

Un lugar pegado al suelo casi sin aire falso

gris y seco

tengo en este cuarto

no puedo sentir lo que se acerca silenciosamente a través de las puertas

comienza la noche mía en el dolor del sueño

no amanece dentro del agua un huerto de flores

tampoco cerca de la fuente el agua es clara

porque el invierno ha llegado temprano al jardín

pero no me preocupo yo miro como el mundo rompe sus espejos

un lugar árido

una coordenada desconocida algo que no le sirve al alba ni a la luz

que ahora forma colores sosegados

un lugar dentro de la carne y la sangre

dentro de este pan los juramentos

ah señor los juramentos

perdonamos señor la gloria y el camino aunque nadie estuvo en el puerto

regalando pañuelos

dando gritos hasta morir de frío

ahora el puerto queda silenciado por la nostalgia y la tristeza

que nace siempre cuando el llanto desarregla los espejos

y no sabemos perdonar

porque el perdón es la suerte de los dioses

que no odian a los pecadores que se martirizan implorando

por un lugar desconocido

adonde no llegan las migajas de este pan horrible

pan sin el peso adecuado

pan hecho con las cruces de la muerte

porque la ciudad sabe que va a morir

la cercan sus mármoles corroídos y el sueño del agua

la cercan los silencios que golpean a los hombres

que saben que van a morir en este invierno

dando gritos está mi sueño

dando gritos que algún día serán escuchados más allá de los portones y azoteas

pero cuando vuelva contaré los ladrillos camino a casa

daré de comer a los ratones que ahora veo morir tristemente

afuera existe un cielo muy blanco muy áspero cielo debajo de las sombras

de esta noche durísima.


Nuestro dolor es demasiado grande ahora.

Yo he querido ver el rostro que delimita mi sombra

el rostro del agua

ahora que todos ya se han ido con su cánticos a devorar lo poco

que ha dejado la nada en su huída

mis fantasmas reposan intranquilos en la calle

ahora el viento golpea las banderas

que se aferran a los sueños de ser granito

o mármol

de ser héroe o un simple pianista lleno de humo

mis fantasmas preguntan por el silencio que ahora existe

los árboles moribundos consuelan al fuego

el humo salta desaparece el verdor del verano

mis fantasmas modelan sus últimos trajes

sus rostros dibujan la mueca del reloj

todo se evapora

hasta las azoteas llega el fuego

es triste el camino dentro del reloj porque yo he querido ver

que límites existen entre mi sombra y las nubes

entre la muerte y este muro que ahora se llena

de hierbas oscuras y antiguas

pero la lluvia puede purificarlo todo

aunque la muerte siga ahí

agazapada muerte

lejano rumor del miedo

todo se evapora en las altísimas tribunas donde el odio se da la mano

con este cuerpo carcomido lleno de hormigas está

donde antes vivió el espejo con sus extraños ecos

mortificando a los peces que desovan sus huevos

en la escarpada costa

el mar es enemigo

sus olas rompen la vela

ya las redes están puestas algo caerá este invierno

algo que nos llene el estómago

líbranos del hambre Oh madre

los delfines mueren acosados por mis fantasmas que han dejado de hablar

con su lenguaje extraño

algo caerá madre mía mi mujer frente al fuego y el árbol

que muere lentamente

mi mujer sabe de memoria los caminos de la llanura

cambió su lámpara por dos panes desconocidos

amargos panes sobre un plato lleno de cruces

sabe que los demonios me visitan cada sábado al atardecer

encuentro en ellos todo mi esplendor

crucificando aquellas mariposas ya muertas por el polvo

los demonios danzan alrededor de la mesa

una transparente sopa los espera

todo es augurio de mala suerte porque los relojes descubren sus enigmas

y puedo nombrarme río hasta la medianoche

encuentran el escudo que agoniza

con su estrella bocabajo porque nuestro dolor es demasiado grande

nada escapa en este instante donde la memoria no puede pedir perdón

en el pañuelo doloroso de la angustia

la angustia es el consuelo de los que faltan a la mesa familiar

dentro del pecho tienen sus más enamorados sueños

sus más felices recados

pero los demonios conocen el río que soy

ahora que la medianoche me espera palpando aquellos tonos del olvido

encuentro siempre a los pecadores y militares

a pesar de todo

no romperé mi vela aunque la barca transite entre rocas filosas

yo también quiero ver a dios

su rostro transparente me hace descender al sueño

no romperé mi vela

ya los náufragos han vuelto cargados de baratijas

porque nadie será condenado

cualquiera puede venir a la fiesta para crucificar a las pobres mariposas.


Yo he conocido el odio y la podredumbre.

el rostro se balancea sobre la cuerda

es tonta mi locura

apenas un agujero y su corazón se desarmó en pedazos

la maleta rota rotos los zapatos

los gorriones comían sumergidos en el más absoluto mutismo

yo he conocido el odio y la podredumbre

apenas un agujero

tendido el corazón sobre el asfalto

porque volvieron los verdugos a mutilar su cuerpo

hachas afiladas cortaron sus venas

mucha sangre en mi vaso

frente a la virgen que lloraba

apenas un agujero y la oscuridad alcanzó la calma

frente al camino que ha domado mis pasos

afuera canta la muerte

lejano a ella mi cuerpo frágil rozó sus labios

espero encontrarme a salvo

donde estoy no llegan las mordidas del odio

a veces la muerte mira hacia los lados

frente a ella el espejo se puede romper en muchos pedazos enormes

dónde aparecerá el camino más oscuro

ahora todo me parece vacío desde este balcón

el cielo se ve más cercano a pesar que las luces aparecen y se marchan

inventando nuevas derrotas

afuera la ciudad muere gracias a los golpes afrontados

rápidas escaramuzas cuidado que el camino puede ser inútil

al amanecer

apenas un agujero por el escapan los espíritus

los demonios

fustigando aquellos pájaros mudos

apenas un agujero donde esconder el hambre.

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