Un espacio para el encuentro con las nuevas voces de la literatura.
Un adentrarnos en ese mundo de versos que vuelan, cantan, gimen y susurran sentimientos sin fronteras.
He partido al otro lado del mar. No llevo ningún adiós en mi recuerdo. En la travesía, las aves, mis únicas compañeras de viaje, han preferido callar su canto. No sé nada de los días, aquellos que preceden y anteceden a las formas futuras. He presenciado el invierno. No he preguntado a nadie de la tierra a donde voy ni de la tierra que dejo. Sólo guardo un sueño debajo de una piedra, en el campo. Llevo este nombre que me han dado las aves al alejarme. Viaje, ya no nos alcanza la mano del olvido, aunque haya tempestad, en este vuelo que nunca esperemos, cruzar, como un viejo animal, el día. ¿Qué puedo decir de lo que soy? En alguna parte quedará mi cuerpo. No habrá fiesta, sólo en una piedra deforme, grabará, la tinta en la costra el nombre. Seguramente un día, no lejos de un allá, pernoctará, silenciosa y triste la lluvia. Un camino, ya herida la tierra, será el río. Amanecer que tanto el corazón suspira.
Quien sueña casas no sueña estructuras,sueña intimidades. La vida de los techos frente al sol ya las aguas, frente al viento y frente a los colores. La vida íntima de la madera, todos los tiempos del árbol desde su advenimiento del vientre de la tierra hasta su condición de símbolo erguido como columna vegetal. El silencio de las paredes, su calor o frescura para envolver los cuerpos, la vida colmando las angustias, la imaginación con su espacio propio alentado por el barro o las arenas, o los metales o el mismísimo corazón del deshecho.
Quien sueña una casa la sueña en un tiempo total. La infancia como animal maduro se planta y se convierte en la línea central de los horcones. Y corremos, corremos colocando las imágenes del misterio desnudas en las calles para todos, asentamos los sonidos de los insectos para ampliar los espacios, cerramos las puertas para cobijar la palabra y mezclar en los espejos del sueño las aguas del paraíso. La infancia es el pasado, es el presente y es el camino directo hacia mañana simultáneos.Ella como tiempo de juegos nos abre los abanicos de las posibilidades, la geografía y todos los acontecimientos van girando a su alrededor, dinamizando el drama de las constelaciones. Ahora el hombre salta en el sueño y siente como la casa se apodera de su pecho, ya no existe la posibilidad de la muerte para la imagen de la casa y aunque en vigilia no la vea, no la toque, no la tenga, la padezca, la luche, la persiga, la sufra y lo desgarre, esa imagen de adentro, esa casa asentada en los espacios interiores de su ser estará allí pidiéndole el cumplimiento del sueño, acechando la realidad, animando a la historia para alcanzar el techo donde guardarse y donde sostenerse.
“Cómo brilla la noche En medio de la tempestad Que ha abierto grietas En los toldos de las azoteas.
Cómo grita el viento Que golpea los ladrillos Con graffitis invisibles Que hablan de amor gastado.
Se dibujan besos muertos, Se desdibujan ropas gastadas, Esperas que ya no existen, Desnudez gélida y ya lejana.
Eres igual que un mar invisible Que arremete contra rocas milenarias.
A la luz de una vela Te escribo, te pienso, recuerdos, Toda mi alma te llama, reclamándote, Sabiendo que ya no escuchas Sabiendo que ya no estás.
Eres igual que noches brillantes Que me sonríen un noviembre pasado.
Ojalá hubiera sabido Detener el grito que agita Esta noche de nubes voraces Que pasan y desaparecen.
Ojalá hubiese podido ser mar Agua que se levanta titánica Que arrasa contra rocas milenarias En vez de hacerlo contra ti.
Que noche tan inmensa, Se mueve la hierba del parque.
Escribo esta noche de invierno Todo el amor que ya no confieso.
El dolor alumbra con velas la ciudad, Frontera desde mi ventana, Luces parpadeantes, memorias y lágrimas, Lluvia agitada que golpea invisible Mi alma confusa que aún te añora”.
María Antonieta Flores. Caracas, 1960. Ha publicado los poemarios El señor de la muralla (Caracas, 1991), Canto de Cacería (Maracay, 1995. Premio de Poesía de la I Bienal de Literatura Municipal «Augusto Padrón» 1994), Presente que no en ausencias (Caracas, 1995), Agar (Valencia, 1996), Criba de abril (1998), Los trabajos interminables (1998, Mención Premio Municipal de Literatura, 1999), La desalojada luz de la tarde (poema largo, plaquette, 1999). Obtuvo el Premio Municipal de Literatura «Rafael Angel Insausti» mención Ensayo 1996 (Barinas) con Sophia y Mythos de la pasión amorosa editado en 1997. Aparece incluida en Antología de la poesía latinoamericana del siglo XXI. El turno y la transición de Julio Ortega (México: SigloVeintiuno Editores, 1997. pp. 343-344) y Antología de la poesía venezolana II de Rafael Arráiz Lucca. (Caracas: Edit. Panapo, 1997. Pp.1019-1022).
Morada antigua.
Yo vengo de una estirpe de mujeres solas
eficaces
inembargables
derrotadas antes de nacer
por la muerte
siempre guardadas
como semillas que arrastra el viento
entregadas al sacrificio de la vida
sin un futuro ni un presente
sin vástagos que las resguarden
aprendidas en soledad
ellas mismas amamantándose
haciendo de cada día una victoria estéril
mujeres que hablan desde muy lejos
ahogadas en su torpeza y en la bruma del deseo
mujeres solas que arruinaron sus manos
en el oficio duro que le entregaron las prendas blancas
y perdieron sus días entre toses y dolores de pecho
¿Te imaginas una web con miles de producciones sobre Derechos Humanos, cultura, ecología, sexualidad, historia, personajes, valores, comunicación y todas con los derechos compartidos, libres para usar en cualquier emisora?
Esta pregunta se la hicieron, hace 4 años en Quito, un grupo de radialistas visionarios de todo el continente.
Cerraron los ojos e imaginaron un gran portal en Internet para compartir sus producciones. Al año siguiente, en el 2005, se retomó la idea y se le dio forma.
Y hace dos años, un 27 de octubre del 2006, la Radioteca se estrenó en el ciberespacio bajo la responsabilidad de Santiago García Gago. Periodista. Técnico de sonido y electrónica. Capacitador en nuevas tecnologías.
En este portal, hoy se comparten más de 5.000 audios, más de 1.400 instituciones aparecen en el directorio, hay 70 manuales y documentos de capacitación, más de 80.000 visitas al mes…
Y Cuando digo poesía está en ese directorio con ocho audios de poemas que puedes bajar y compartir siempre citando la fuente y a los autores.
Estos son los poemas que se encuentran en la Radioteca y que no hemos subido a esta página.