miércoles, 26 de noviembre de 2008

DE PORFIRIO MAMANI MACEDO.

LA PARTIDA.
PORFIRIO MAMANI MACEDO.

He partido al otro lado del mar. No llevo ningún adiós en mi recuerdo. En la travesía, las aves, mis únicas compañeras de viaje, han preferido callar su canto. No sé nada de los días, aquellos que preceden y anteceden a las formas futuras. He presenciado el invierno. No he preguntado a nadie de la tierra a donde voy ni de la tierra que dejo. Sólo guardo un sueño debajo de una piedra, en el campo. Llevo este nombre que me han dado las aves al alejarme. Viaje, ya no nos alcanza la mano del olvido, aunque haya tempestad, en este vuelo que nunca esperemos, cruzar, como un viejo animal, el día. ¿Qué puedo decir de lo que soy? En alguna parte quedará mi cuerpo. No habrá fiesta, sólo en una piedra deforme, grabará, la tinta en la costra el nombre. Seguramente un día, no lejos de un allá, pernoctará, silenciosa y triste la lluvia. Un camino, ya herida la tierra, será el río. Amanecer que tanto el corazón suspira.

LA PÁGINA DE PORFIRIO MAMANI MACEDO.

lunes, 24 de noviembre de 2008

EL SOÑADOR DE CASAS.

POR FRANZ ORTIZ CASTAÑEDA.

A MIGUEL ÁNGEL PERAZA.

(1986)

“Casa mía, casa nuestra tantas veces pálida

semejante a esa flor

que se hace oscura en la memoria”

Ana Enriqueta Terán.





(Fragmentos)

Quien sueña casas no sueña estructuras, sueña intimidades. La vida de los techos frente al sol y a las aguas, frente al viento y frente a los colores. La vida íntima de la madera, todos los tiempos del árbol desde su advenimiento del vientre de la tierra hasta su condición de símbolo erguido como columna vegetal. El silencio de las paredes, su calor o frescura para envolver los cuerpos, la vida colmando las angustias, la imaginación con su espacio propio alentado por el barro o las arenas, o los metales o el mismísimo corazón del deshecho.

Quien sueña una casa la sueña en un tiempo total. La infancia como animal maduro se planta y se convierte en la línea central de los horcones. Y corremos, corremos colocando las imágenes del misterio desnudas en las calles para todos, asentamos los sonidos de los insectos para ampliar los espacios, cerramos las puertas para cobijar la palabra y mezclar en los espejos del sueño las aguas del paraíso. La infancia es el pasado, es el presente y es el camino directo hacia mañana simultáneos. Ella como tiempo de juegos nos abre los abanicos de las posibilidades, la geografía y todos los acontecimientos van girando a su alrededor, dinamizando el drama de las constelaciones. Ahora el hombre salta en el sueño y siente como la casa se apodera de su pecho, ya no existe la posibilidad de la muerte para la imagen de la casa y aunque en vigilia no la vea, no la toque, no la tenga, la padezca, la luche, la persiga, la sufra y lo desgarre, esa imagen de adentro, esa casa asentada en los espacios interiores de su ser estará allí pidiéndole el cumplimiento del sueño, acechando la realidad, animando a la historia para alcanzar el techo donde guardarse y donde sostenerse.

lunes, 17 de noviembre de 2008

POEMAS EN MI PODCAST.

“Alguien en algún lugar te espera,

sentado en su butaca come palomitas

y bebe rubia cerveza en lata.

Se ducha cada mañana con agua caliente

cuando aún está por despertar

y los sueños soñados se olvidan.

Quiere limpiar tu voz de su piel

cuando todo lo queda tras el jabón

eres tú.

Alguien piensa en ti

sin que sepas que cada hora de su jornada

está deseando salir para tener la libertad

de decirle tu nombre a las rejas

adornadas de flores de la fábrica.

Alguien sabe que no importa que su paseo

hacia su casa lo hace perdido en la desesperanza

de no tenerte;

y aún así alguien piensa en ti

sin que sepas una sola palabra.

Al atardecer abre el frigorífico

y prepara algo de cenar.

Ve programas de risa

esperando que aparezcas por alguna parte.

Una llamada, se dice,

una carta, se dice.

Alguien ve como anochece

en la ciudad de los guijarros sobre el aire,

se pone una copa,

y luego otra

quizá quiera emborracharse para atreverse

a salir de la oscuridad.

A veces se asoma a la ventana a ver como llegas a casa

aún cuando ni siquiera vives en su barrio.

Eso no le importa,

le gusta la idea de esperarte mientras desespera

sin que sepas una sola palabra

de todos los vasos que se van rompiendo,

las noches que despierta en medio de la madrugada

sudando tus manos que no le tocan,

y la recóndita esperanza

de olvidarte un día de estos

sin que sepas

que alguien ya no piensa en ti”.

VERDAD OCULTA.

JOSÉ GARÉS CRESPO.


Qué claras maravillas

fuimos, desnudos, rebeldes, amantes

siempre, apenas prójimos

y sin embargo me hablas, me piensas,

me susurras, me besas, me desnudas,

y aun así te amo.

Ambos conocimos

el lento devenir que cambia todo,

la corta raíz del beso hallado,

los inquietos placeres

arbitrarios que van, uno tras otro,

ciegos y desesperados, en busca

de la caricia dormida ayer noche.

Pero en el tránsito nos perdimos,

soñábamos, tal vez

abrazados y solos como cuando

necesito pensar en ti y callo.

La tentación del silencio fingido

y esa mirada perdida allá donde

no estuve ni llegaré de tu mano.

Es la señal, lo sé. Qué lejos somos,

aunque me rozan tus largos cabellos.

Incapaz de otra derrota, mañana

me enamorarás de nuevo. Relájate.

todo es igual y diferente. Nada

quedará. Es nuestra verdad oculta.


INVIERNO V.

LUIS SEVILLA.


“Cómo brilla la noche
En medio de la tempestad
Que ha abierto grietas
En los toldos de las azoteas.

Cómo grita el viento
Que golpea los ladrillos
Con graffitis invisibles
Que hablan de amor gastado.

Se dibujan besos muertos,
Se desdibujan ropas gastadas,
Esperas que ya no existen,
Desnudez gélida y ya lejana.

Eres igual que un mar invisible
Que arremete contra rocas milenarias.

A la luz de una vela
Te escribo, te pienso, recuerdos,
Toda mi alma te llama, reclamándote,
Sabiendo que ya no escuchas
Sabiendo que ya no estás.

Eres igual que noches brillantes
Que me sonríen un noviembre pasado.

Ojalá hubiera sabido
Detener el grito que agita
Esta noche de nubes voraces
Que pasan y desaparecen.

Ojalá hubiese podido ser mar
Agua que se levanta titánica
Que arrasa contra rocas milenarias
En vez de hacerlo contra ti.

Que noche tan inmensa,
Se mueve la hierba del parque.

Escribo esta noche de invierno
Todo el amor que ya no confieso.

El dolor alumbra con velas la ciudad,
Frontera desde mi ventana,
Luces parpadeantes, memorias y lágrimas,
Lluvia agitada que golpea invisible
Mi alma confusa que aún te añora”.

Derechos reservados de autor ©

Estos audios también están en LA RADIOTECA.


lunes, 10 de noviembre de 2008

MARÍA ANTONIETA FLORES.

María Antonieta Flores. Caracas, 1960. Ha publicado los poemarios El señor de la muralla (Caracas, 1991), Canto de Cacería (Maracay, 1995. Premio de Poesía de la I Bienal de Literatura Municipal «Augusto Padrón» 1994), Presente que no en ausencias (Caracas, 1995), Agar (Valencia, 1996), Criba de abril (1998), Los trabajos interminables (1998, Mención Premio Municipal de Literatura, 1999), La desalojada luz de la tarde (poema largo, plaquette, 1999). Obtuvo el Premio Municipal de Literatura «Rafael Angel Insausti» mención Ensayo 1996 (Barinas) con Sophia y Mythos de la pasión amorosa editado en 1997. Aparece incluida en Antología de la poesía latinoamericana del siglo XXI. El turno y la transición de Julio Ortega (México: SigloVeintiuno Editores, 1997. pp. 343-344) y Antología de la poesía venezolana II de Rafael Arráiz Lucca. (Caracas: Edit. Panapo, 1997. Pp.1019-1022).

Morada antigua.

Yo vengo de una estirpe de mujeres solas

eficaces

inembargables

derrotadas antes de nacer

por la muerte

siempre guardadas

como semillas que arrastra el viento

entregadas al sacrificio de la vida

sin un futuro ni un presente

sin vástagos que las resguarden

aprendidas en soledad

ellas mismas amamantándose

haciendo de cada día una victoria estéril

mujeres que hablan desde muy lejos

ahogadas en su torpeza y en la bruma del deseo

mujeres solas que arruinaron sus manos

en el oficio duro que le entregaron las prendas blancas

y perdieron sus días entre toses y dolores de pecho

conociendo todo de la pobreza

administrando los silencios y el alimento diario

entrando en las jornadas

con un dolor irremediable

estirpe sin grandes ambiciones

dulces mujeres que amaron sin respuesta

y fueron una tras otra

mano con mano

fundando la cadena del desamparo.

(De la voz de mis hermanas y otros poemas, 2005)

Derechos Reservados © María Antonieta Flores.

EDDY RAFAEL PÉREZ.

EDDY RAFAEL PÉREZ POETA VENEZOLANO.

POEMAS.

ARTE POÉTICA.

Yo pensé que el amor

era un pájaro con sonrisas y senos

una mañana desperté

con plumas

y restos de una cabellera femenina

entre las manos.

IDIOMA.

Los ojos palabras imprevistas

disecan y matan y reviven

sepa usted de los ojos

sepa de esa muchacha

ella tiene la espalda que se le pega

y el calor provoca una cercanía

sepa de esa muchacha

sepa de su mundo roto

y de todo su mundo desterrado.

DEMONIOS.

Tantas cosas

que yo no podré hacer aquí

y sin embargo

acepto que mis demonios

poco sitio tienen que ver en esta guerra

si me apresurara

ganaría la muerte

con mayor rapidez

y a veces prefiero el olvido

otras

explotar el corazón

de la manera más encendida posible

hace años lo vi así

pues mi camino es éste nada más.

DE PREOCUPACIONES MUY PERSONALES.

Quienes me conocen

saben

que yo daría la vida por dedicar todos mis escritos

a la gente que quiero

y en la imposibilidad de hacerlo

quiero que cada quien

se vea en cada una de mis palabras

incluyendo las de amor

las de preocupaciones muy personales

es decir cada vez que escribo algo

quiero que cada quien que me conoce

sepa que pienso en ellos como cuando hablo con ellos

converso poco a poco

los saludo con ese afecto mío interminable

por quienes aprecio hasta más allá de la muerte.

Derechos Reservados ©Eddy Rafael Pérez- Venezuela.

sábado, 8 de noviembre de 2008

¡Ya estamos en la Radioteca!


¿Pero qué es la Radioteca?

¿Te imaginas una web con miles de producciones sobre Derechos Humanos, cultura, ecología, sexualidad, historia, personajes, valores, comunicación y todas con los derechos compartidos, libres para usar en cualquier emisora?

Esta pregunta se la hicieron, hace 4 años en Quito, un grupo de radialistas visionarios de todo el continente.

Cerraron los ojos e imaginaron un gran portal en Internet para compartir sus producciones. Al año siguiente, en el 2005, se retomó la idea y se le dio forma.

Y hace dos años, un 27 de octubre del 2006, la Radioteca se estrenó en el ciberespacio bajo la responsabilidad de Santiago García Gago. Periodista. Técnico de sonido y electrónica. Capacitador en nuevas tecnologías.

En este portal, hoy se comparten más de 5.000 audios, más de 1.400 instituciones aparecen en el directorio, hay 70 manuales y documentos de capacitación, más de 80.000 visitas al mes…

Y Cuando digo poesía está en ese directorio con ocho audios de poemas que puedes bajar y compartir siempre citando la fuente y a los autores.

Estos son los poemas que se encuentran en la Radioteca y que no hemos subido a esta página.

ALGUIEN del escritor madrileño Luis Sevilla.

LA PALABRA ( 3audios) del escritor peruano Porfirio Mamani Macedo.

Verdad Oculta de José Garés Crespo.

Quedan invitados a pasar por la Radioteca y escuchar esas miles de producciones que allí les esperan.

lunes, 3 de noviembre de 2008

EL BANQUETE DEL TIEMPO.

AUTOR: GABRIEL JIMÉNEZ EMÁN.

A Elisio Jiménez Sierra.




El tiempo, que todo lo borra.

El tiempo, que pasa frotando su mano sudorosa en los poros abiertos del día

Deja caer su humedad en los músculos trémulos del calendario.

Pasa planeando en forma de avión

encima de los retoños que nacen cada día sobre la tierra

Los vigila y ve con su ojo único que no parpadea.

El tiempo que apenas se detiene en las puertas de viejos edificios para soplarlas

Y preguntar por familiares idos.

El tiempo hinchado de su propia soberbia caza iguanas en los desiertos, patos en los lagos, conejos en los bosques.

Y antes de devorar a los pobres animales que construyen la tierra los perdona por un día más.

Va anotando en su arrugada libreta los suspiros de los amantes

Para convertirlos luego en bostezos

Los contabiliza como días o años y entonces se detiene un instante

En el rostro de los ancianos para acariciar sus arrugas.

El tiempo pasa su lengua salada sobre las costillas del mar

Pudre el tronco padre de los árboles, el hígado, el corazón, los pulmones

Sólo el cerebro se salva, es el único que puede sobrevivir al horrible asalto de sus uñas.

El tiempo que se derrama como una inmensa ola de vacío sobre el espacio

Y cubre el todo con la nada llena de todas las nadas.

Sólo hay un hueco profundo que cae en otro y no permite más interrupciones.

El tiempo entonces inocula células mortales en la espalda de la vida

Y ella responde con un grito seco que se oye en el confín de la noche

Allá donde el mar disuelve ese sonido en sus olas y murmura algo

En el oído de los marineros cuando pescan en alta mar de madrugada.

El tiempo más veloz que la luz y que el cuadrado de la luz multiplicado

Por la masa de luz podría caber en la cabeza de un alfiler

Que desplaza su energía hacia los cuatro puntos cardinales

hacia el cubo de las cuatro estaciones.

Te hace ganar y perder

Cuenta tus pasos en la calle

Con la tenues agujas del reloj

Miras tu muñeca en tu migaja de cotidianidad para comprobar que lo tienes

Pero es sólo una ilusión.

Es sólo un espejismo de tu propio sueño

Que te persigue en el día e intenta recobrar tus ojos.

El tiempo líquido que se esparce en las persianas de los dormitorios.

El tiempo gaseoso que deja su olor de pétalos podridos en las despedidas.

El tiempo mineral que te asalta a la salida de los cines

En donde has intentado matarlo en la infancia

Luego ya hombre en los libros y las mujeres

Y en las interminables bocanadas de humo de tabaco que has aspirado en las fiestas

Y en los tragos de alcohol que te acercan cada día a la locura.

Pero no puedes, no puedes

El tiempo se mete en tu cama para hacerte su hipócrita compañía.

Y apenas logras deshacerte de él durante el espejismo del sueño.

Le sacas le empujas le llevas hasta la puerta y lo pateas muy lejos

Y el regresa en forma de sobre de correos deslizándose bajo la puerta.

Te sube por los zapatos te lame el tobillo y te da un coscorrón

Para que despiertes de la modorra del espacio.

Mantiene una sucia pelea con la eternidad donde luego después terminan abrazados.

Y la eternidad llora como una muchacha desengañada cuando lo ve alejarse

Detrás de las nubes del horizonte.

Más tarde se vuelve un gas para corporizarse en forma de mujer

Que te invita a que le invites una cena.

Aceptas finalmente la invitación y te sientas a la mesa a compartir el banquete.

Ves cómo caen los días convertidos en migajas desde el borde de la mesa

Y no puedes contener tu lágrima miserable.

Haces la triste sobremesa

Hasta puedes oír un valse de Chopin

Y luego duermes

Duermes para recuperarte del embotamiento de la vigilia.

Y los sueños te otorgan esa mínima recompensa

De interpretar algo intraducible.

La intuición te conduce por los laberintos de las imágenes

Hasta demostrarte que tu inteligencia no sirve para mucho.

Excepto para una cosa: para matar el tiempo.

Matarlo olvidar que existe que está ahí

Con su boca presta a lamer el resto de paz que aún te queda.

Te llama por teléfono a diario para cobrarte tu cuota de deber

De hacer algo que permanezca para que él te justifique

Para que tu memoria no quede sepultada en el tedio de la eternidad.

Tarde o temprano se va a hacer tarde

Temprano o tarde se va hacer demasiado temprano.

Temprano o tarde va a ser tarde para llegar a la hora justa.

He ahí el dilema.

Mientras tanto los aviones se mueven en los hangares como moscas en la mesa del banquete.

Los barcos en las bahías parecen cruces en el camposanto.

Los automóviles cápsulas ingeridas por los barrancos

Vayas o no tú en ellos da lo mismo

Has ido y has venido y has aguardado ese instante

En que la amada te abría los brazos como una aurora

Y has visto en los ojos de la hija un resplandor rubio

Que te habla del fragante sueño de la juventud

O bien tu madre te despedía con sus ojos casi ciegos

Y te decía hijo mío aprovecha el tiempo.

Tu madre tu mujer tu hija y tú mismo que eres tu propio padre y tu propio hermano

Son parte de este gran banquete al que asistimos desde siempre

Sin haber sido invitados.