viernes, 27 de febrero de 2009

Los poemas de Alonso Hernández.

Alonso Hernández. (31 de mayo Costa Rica)




Perteneció al Café Cultural del Instituto Nacional de Seguros en Costa Rica y su única formación literaria es la de los maestros que han tratado de enseñarle el oficio desde sus obras, como lector empedernido que es.

En la actualidad mantiene relaciones literarias con KALA Editorial de México, con quienes publicó en el 2008 su cuento “Volver al polvo” en “Escritores Seriales”

Es Licenciado en Ciencias Contables, Consultor en Informática, estudiante de Psicología, de Administración de Recursos Humanos y espera morirse estudiando.

Odia la contracción "Del" hasta el día de hoy se niega a usarla. Ama la noche, la lluvia, un buen libro y un buen cigarro.

Se atreve a buscar belleza en lo feo, por eso intenta hacer sublime lo cotidiano, y contrario a lo que muchos piensan al leer sus textos tenebrosos, de muerte y desesperación, que parecieran salir de una mente oscura y depresiva. En realidad su vida está llena de luz, y por eso se atreve sin miedo a adentrarse en las tinieblas.

Ella sangra mariposas muertas, que se desmoronan con el aire.
No grita, mas su cara desfigurada por el dolor es muy distinta de la de el Cristo calmo y fino de las imágenes
.

Se decepciona, del mundo, de la gente y las falsas posturas, y nos reitera que entre las personas menos sinceras se encuentran los escritores, porque son ese personaje ideado por ellos mismos, por sus letras.

El silencio es un país extraño desde que estas sombras gritan tanto, desde que la oscuridad se divorció de la calma, desde que finalmente esas sombras parecen deslumbrarme con su constante ir y venir.

Cree que la vida es más que el simple proceso de irse muriendo; tarde o temprano seremos de la muerte, pero la vida es más un aprendizaje espiritual que un camino material simplemente, por eso debemos aprender a ver y a convivir con los invisibles, con los demonios, nosotros mismos.

Y hasta tanto no tengamos las obras de este joven escritor que serán publicadas por Kala Editorial de México, podemos escudriñar sus letras en la Web visitando su bitácora personal. www.amorexiacr.com

En donde se encuentra el lado oscuro y luminoso del escritor Costarricense Alonso Hernández.


CON Y SIN NOSTALGIA.




Y es que te pierdo y no
y sin buscarte
regresas a mi orilla, hacia mis manos
porque te amo y no
y entonces partes,
cuando más te necesito yo a mi lado
porque te espero y no
y nunca tornas,
ni retornas nunca sobre tus propios pasos
porque te odio y no
y así me canso
de estar y ya no estar sin verte nunca
porque te importo y no
y así es el juego
cuando te vas
perdí perdiendo me persigues
porque me muero y no
y hoy está el cielo
como mis ojos, a punto de llorar de triste
y estás y no estás
y cuando esto sucede y no
existo y no existo
y quiero existir, pero no quiero...



Soñé.




Soñé que volvías como siempre
como cuando me amabas
te soñé como siempre
ya no con tus ojos diluidos en odio
ya no con tu frente ceñida
sino más bien con tu sonrisa

Olías a dulce de tapa
a mar
a lluvia en la ventana
a sueño que se encuentra
a dicha
a alegría

volviste como vuelve la gente
no como vuelven los fantasmas
volviste gloriosa
como siempre
hermosa y amada
volviste mientras besaba mi almohada
y soñaba

Volviste y el desamparo
no viene de tu ausencia
volviste y mi tristeza
se ampara en que estabas al lado
dormías y no te dabas cuenta
que yo soñaba.

Soñé que volvías
soñé tu abrazo y tus ojos que me decían que me amabas
soñé y tú dormida
no te dabas cuenta siquiera
de que te fuiste
y yo soñaba que regresabas.


jueves, 19 de febrero de 2009

POEMA DE YOLANDA PANTIN.

Yolanda Pantin nace en Caracas en 1954. Estudió Letras en la Universidad Católica Andrés Bello (Venezuela).Vinculada al grupo de poetas mujeres reunidas bajo la denominación de «Generación del 78», sus inicios literarios la señalan como destacado componente del grupo poético «Tráfico». Fue miembro del consejo rector del Fondo Editorial Pequeña Venecia y de la Editorial Luna Nueva de la Universidad Metropolitana de Caracas. Ha publicado una decena de libros de poesía: Casa o lobo (Monte Ávila, Caracas, 1981), Correo del corazón (Fundarte, Caracas, 1985), La canción fría (Angria, Caracas, 1989), Poemas del escritor (Fundarte, Caracas, 1989), El cielo de París (Pequeña Venecia, Caracas, 1989), Los bajos sentimientos (Monte Ávila, Caracas, 1993), La quietud (Pequeña Venecia, Caracas, 1998), La épica del padre (La nave va, Caracas, 2002), Poemas huérfanos (La liebre libre, Maracay, 2002) y El hueso pélvico (Eclepsidra, Caracas, 2002). En 2004 su obra fue recopilada en Poesía reunida 1981-2002 (Otero ediciones, Caracas, 2004).

Poemas suyos han sido traducidos al inglés, francés, italiano y portugués. Se hizo acreedora el año 2004 de la prestigiosa Beca Guggenheim. Es además coautora, junto a Ana Teresa Torres, de El hilo de la voz (Fundación Polar-Angria, Caracas, 2003), antología crítica de literatura venezolana del siglo XX escrita por mujeres.

VITRAL DE MUJER SOLA.






Se sabe de una mujer que está sola


porque camina como una mujer que está sola


Se sabe que no espera a nadie


porque camina como una mujer que no espera a nadie


Esto es


se mueve irregularmente y de vez en cuando se mira los zapatos


Se sabe de las mujeres que están solas


cuando tocan un botón por largo tiempo


Las mujeres solas no inspiran piedad


ni dan miedo


si alguien se cruza con ellas en mitad de la vereda


se aparta por miedo a ser contagiado


Las mujeres solas miran el paisaje


y se diría que son amantes


de las aceras/ de los entresuelos/ de las alcantarillas/ del subsuelo


de los subterfugios


Las mujeres solas están sobre la tierra al igual que sobre los árboles


les da igual porque para ellas es lo mismo


Las mujeres solas recitan parlamentos


estoy sola


y esto quiere decir que está con ella


para no decir que está con nadie


tanto se considera una mujer sola


Las mujeres solas hacen el amor amorosamente


algo les duele


y luego todo es más bien triste o colérico o simplemente amor


Estas mujeres se alumbran con linternas


van al detalle


saben donde se encuentra cada cosa


porque temen seguir perdiendo


y ya han perdido o ganado demasiado


Ellas no lo saben


porque van del llanto a la alegría


y a veces piensan en la muerte


También planean un largo viaje e imaginan encuentros posibles


Administran el dinero


compran legumbres


trabajan de 8 a 8


Si tienen hijos hacen de madres


son tiernas y delicadas


aunque muchas veces se alteren


un pensamiento recurrente es


ya no puedo ni un minuto más


Las mujeres solas tienen infinidad de miedos


terrores francamente nocturnos


los sueños de tales mujeres son


terremotos catástrofes sociales


Una mujer sola reconoce a otra mujer sola de forma inmediata


llevan el mismo cuello airado


lo cual no quiere decir que no quieran a nadie más que a sí mismas


esto es completamente falso


Lo cierto es que la casa de una mujer sola


está abierta a su antojo


Una mujer sola


no puede curar su soledad


porque nada está enfermo


se remedia lo curable


una gripe o un dolor de estómago


La mujer que piense que su soledad es curable


no es una mujer sola


es un estado transitivo entre dos soledades


infinitamente más peligrosas


Una mujer sola es una mujer acompañada


aunque de este hecho no se percate más que el zapato


al que mira con detenimiento


o el botón


que parece representar algo verdaderamente importante


como de hecho lo es


como los árboles o el cielo


sólo que el privilegio que deriva de semejante atención


es más bien propio de las almas temperadas al siguiente fuego:


id contigo


para estar con vosotros.


martes, 10 de febrero de 2009

POESÍA ERES TÚ.


Poemas de amor grabados por radialistas.net


POESIA ERES TÚ
Radialistas.net


Al perderte yo a ti tú y yo hemos perdido:
yo porque tú eras lo que yo más amaba
y tú porque yo era el que te amaba más.
Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo:
porque yo podré amar a otras como te amaba a ti
pero a ti no te amarán como te amaba yo.

Autor Ernesto Cardenal.


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¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios,
te suspendí en mis brazos... vibró un beso,
y qué viste después...? Sangre en mis labios.

Yo te enseñe a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.

Autora Gabriela Mistral

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Tus manos son mi caricia,
mis acordes cotidianos;
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia.

Si te quiero es porque sos
mi amor, mi cómplice, y todo.
Y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.


Autor Mario Benedetti.

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¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía eres tú.

Autor Gustavo Adolfo Bécquer.

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El amor de mi hombre
no conocerá el miedo a la entrega,
ni temerá descubrirse ante la magia del
enamoramiento
en una plaza pública llena de multitudes
Podrá gritar —te quiero—
o hacer rótulos en lo alto de los edificios
proclamando su derecho a sentir
el más hermoso y humano de los sentimientos.

Autora Gioconda Belli.

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El día que me quieras tendrá más luz que junio;
la noche que me quieras será de plenilunio,
con notas de Beethoven vibrando en cada rayo
sus inefables cosas,
y habrá juntas más rosas
que en todo el mes de mayo.

Autor Amado Nervo.


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Antes de mí no tengo celos.
Ven con un hombre
a la espalda,
ven con cien hombres en tu cabellera,
ven con mil hombres entre tu pecho y tus pies,
ven como un río
lleno de ahogados
que encuentra el mar furioso,
la espuma eterna, el tiempo!
Tráelos todos
adonde yo te espero:
siempre estaremos solos,
siempre estaremos tú y yo
solos sobre la tierra
para comenzar la vida!

Autor Pablo Neruda.

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Te digo adiós y, acaso, te quiero todavía,
no puedo olvidarte, pero te digo adiós.
No sé si me quisiste, no sé si te quería,
o tal vez nos quisimos, demasiado, los dos.

Te digo adiós y, acaso, con esta despedida
mis mejores sueños mueren dentro de mí.
Pero te digo adiós, para toda la vida
aunque toda la vida siga pensando en ti.

Autor José Ángel Buesa.

martes, 3 de febrero de 2009

Poesía en tiempos de guerra.

Por Amparo Romero Vásquez.

Colombia.


“Si degüellan a un niño y sus verdugos tiran su cadáver al lodo
Y en las arterias del cielo se despliegan los funerales de la luna
Y la sangre corre entre la tierra seca que dirías tú?
Ibrahim Tougan.


“Entre mis manos están ahogándose los gritos, mientras descubro debajo de las piedras hombres que danzan con una aguja en su ojo. El abismo es una sombra exacta a los niños que persiguen la niebla, la soledad teje pájaros siniestros, es como la nada deshaciéndose en las calles, entre los amantes la soledad es insaciable. Bajo el sol hay Hombres parecidos a un árbol ciego. Antes las mariposas albergaban el bosque, y su aleteo no se escuchaba al otro lado del mundo, ahora la guerra se mete entre las sábanas, tiñe de púrpura las paredes del cuarto, agujerea los libros, a los hombres los masacran para después abrir sus tumbas y contar uno a uno sus huesos, los que están amarrados a los árboles los fustiga un rocío de un fuego, ese vacío repetido, esa lobreguez que hace astillas la noche, y seguimos caminando por las calles sin espantarnos por la desolación que araña la tierra, por los farsantes que ofrecen olivos y tomillos, y siguen los cadáveres plañendo en las aceras su soledad sin nombre. La tierra está llena de trampas como un hondo silencio. Los muros que contienen la ciudad nombran el largo sollozo de los funerales, mientras el suicida explora el laberinto, y planta su miedo en el ladrido angustioso de los perros. Tiempos estos cuando florecen lunas de asco entre los ojos y el cielo es un rugir de dientes, y la sangre sólo escucha como cae la lluvia sobre los labios secos de los transeúntes, cuando los niños ni en el vientre de sus madres tienen agua pura para lavar sus manos que aún sin palpar la tierra vienen marcadas por el residuo de las bombas. Tiempos de vigilia donde los poetas rugimos y sin ningún pudor nos devoramos unos a otros, y nos sacamos los ojos para sabernos vivos y a salvo. Tiempos difíciles donde publicar es ir grabando a punta de alfiler los poemas y que se extraen desde el fondo, los cuentos que como metal endurecido narran sus hazañas, esa infinitud de palabras que como dardos cruzan la herrumbre, que como falsas estrellas hacen su ronda entre el oro de las sombras. Publicar: sentarse a esperar la brisa con un lápiz de plomo entre los dedos. Tiempos oscuros, donde convocar a una lectura de poemas es quijotesco, acto que nos hace cómplices de ese mover las aspas de los molinos de viento, y restituir los dioses que habitan el alba y los atardeceres. Y nos quedan otras dichas a la entrada de la ciudad desierta: la brevedad del mundo, la música que teje el musgo tibio, ese hurgarnos, verter el caos, escribir con el olvido esa memoria de besos, y pensar que en el primer paraíso la poesía hizo parte del comienzo, háganse las aguas, y las aguas surgieron, agua para apaciguar el fuego, el agua como la sangre de la tierra, onírica como una ficción. Y se creó la luz, y la luz era blanca sobre las gacelas, y eran visibles los ángeles y todas sus lunas. Y quedó la poesía como una exhortación, y quedaron tatuadas en la piel de los hombres, palabras que no ha escrito nadie, y quedó la poesía para dragarnos hasta encontrar los otros, hasta hallar lo insalvable, para contemplar el árbol invertido que llevamos dentro, la zarza de nuestros pies. Nos queda la dicha de una escritura que si no nos salva, nos dona la locura-río insospechado que nos acerca al infinito de la piedra, y nos hace tan próximos a las esfinges de barro que somos, al azogue que encierra la ceniza, a ese soplo que cruzar el ojo de la aguja. Dichosos los poetas porque al atravesar el desierto no hay ningún oasis, sólo agua de la sal, agua de las otras aguas. Creo en la magia de ovillarme hasta y convertirme en esa gravitación que todo lo atrapa, en ese vasto reino que es el olvido. Hay en mí una fisura por la cual respiro, por la que voy blandiendo mis espadas, esa fisura me permite oír, mirar, sentir, en ella cabalgo mi miedo, planto mis almendras secas, y me levanto y me yergo, y estoy aquí para decir gracias a los míos por el amor de todos los días, por ayudarme a crecer en este oficio que es la vida misma…”