Luis Alfredo Gastélum (Sinaloa, 1982). Ha publicado en diversos medios impresos y en paredes, dado ponencias por aquí y por allá, fue Primer Ministro de
HOMÓNIMA.
Por Luis Alfredo Gastélum.
La ciudad es homónima a la casa. Se asemejan incluso en el durísimo suelo que las fragua, en el olor a insecticida: capa del ambiente. A las dos las bautizaron un día que llovieron astros como puñaladas, un día que un dios subió a la tierra para ahuyentar zopilotes. Se asemejan porque siempre hay toque de queda, y apenas suena la trompeta, se sacuden las sábanas, tiembla el sueño.
La ciudad es homónima a la casa, el nombre es lo de menos.
CAMPO MINADO.
Tiemblan mis tobillos, sangran. También caí tres veces como Cristo o Maradona, también hirieron mis costillas, destruyeron mi blindaje.
Hay un alambre de púas en cada paso reprimido, ¿qué resquicio ha de cruzarse cuando la puerta es una sucursal de dudas? ¿qué baldío ha de habitarse si un baldío precede a otro?
Algunos dicen que en cada metro de vida hay minas que estallan con remordimientos, otros como yo, huimos de los campos minados porque prohíben la entrada a bailarines.
“¿Cómo sabes si
Aldous Huxley.
¿Acaso el rumbo de los pies simula una adicción a ser tragado? ¿A dónde lleva la paciencia si el río que antes rebozaba es un esqueleto que acostado se precisa?
Las caras de esta urbe se reencuentran en el sismo, en la carencia, en el ferrocarril que cruza en medio de las calles como un recipiente de sardinas y hace del paisaje un crimen logrado en arribos y huidas.
¿Acaso el fin de esta caminata es un tache en el recuento? ¿Acaso nuestra casa se despojó del techo para que viéramos el óleo gris de las alturas?
Ciertamente hay un elemento fijo que a los habitantes nos disgrega, es la tierra.
TODOS LOS DÍAS.
Todos los días inicio cuentas regresivas, camino rumbos circulares, por las noches mi nombre sigue siendo el mismo.
Todos los días corrijo testamentos, no es fácil morir a martillazos día a día, besar una mujer imaginaria y ser correspondido.
L
Sobre el pavimento caracoles y bestias
la amalgaman
obstruyen su paso
no saben
El vilipendio almacenado de su gloria
ruge tras las cerraduras
de bares que conservan
su perdón en cuartos fríos,
ella
toma siesta en cuna de orfandades
boleto al epicentro
anda por ahí
como un Quijote
nada importa
en
ella tiene ganas de bailar.
CANONIZADA.
MORENA sensual oleaginosa,
en sus dread locks cruje la anécdota
piojos sin rumbo y veteranías,
su oreja no es buzón de sugerencias.
Cadáver de su paso, la catedral
no le admite las sandalias,
en su brújula de orín
rumia el calor de su aridez
como Maria Egipciaca abre los brazos al candor
canonizada,
sella su desierto,
marca territorio,
reduce a polvo libertades:
partos ambulantes donde nace su verdad.
1 comentario:
Interesante como siempre..
Un gusto leerte
Saludos fraternos
Un abrazo inmenso..
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