A la conquista de lo inmenso.
¿Y qué decir de las horas vacías
que me deja el séptimo día?
Rumiar la soledad del hombre
imaginar la soledad de la mujer
comunicándose a gritos y en silencio
la herencia de Lesbos y Sodoma.
Siempre confío al cuaderno de apuntes
el ansia cotidiana del pensar
que este mundo estrafalario
adonde vine sin conocimiento de causa
ya le queda algo estrecho al poeta
y no tiene otro para exilio.
Nunca quise saber del tanto en tanto tiempo
al tanto por ciento me da tanto
no me arrepiento
me basta el clima de Lara para ahogar la angustia
las palabras cordiales de un amigo
un aire acompasado de sensata letra
me basta la recompensa quincenal
por dejar constancia a cada instante
de formar parte de un ejército alocado
con ojos cerrados por el resplandor del oro
que nos muestran sus amos opulentos
para que lo olvidemos como integrante de la tierra.
Tierra madre diminuto grano de arena
caballero el soplo cósmico divino energía aún no definida.
Si esperanza es juventud que masca goma
jamás conozca el uso de las armas
a no ser la del debate y la dialéctica
a fin de darle forma infinita
a la asamblea de terrícolas
que emprenderá la conquista de lo inmenso.
No me digan que son cosas sabidas:
el vuelo de una mariposa
el susurro del agua
los grandes labios de una mujer poseída
el danzar de una palmera con el viento
luego de un poema dicho con soltura
el todo para olvidar las naves de hojalata
que nos contienen a pesar nuestro
para ir y venir y gastar la recompensa.
A los que han edificado el socialismo
no sabría exactamente sugerirles:
el norte es poesía
la amistad la brújula
el reino de dios un estado de ánimo
y no sólo de pan vive el hombre.
(Del libro EL BRAVO EMIGRANTE)
Barquisimeto - Venezuela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario