jueves, 26 de junio de 2008

ORLANDO PICHARDO.

Orlando Pichardo. Nace en Barquisimeto, Venezuela en el año de 1945. Libros Publicados LA PALABRA QUE TENGO, Editorial LEA, 1978.DELAMAR, Editorial Tinta, Papel y Vida. Caracas-1986. RECONCILIACION DE LO REAL Y LO IMAGINARIO Editorial La Espada Rota, Cumana. 1990. CALENDARIO SECRETO, Fondo Editorial UCLA –1996. VISIONES DE SOL, Editorial Río Cenizo, Barquisimeto. 2000.- Editorial Río Cenizo. OFRENDAS AL ASOMBRO. Fondo Editorial UCLA -200 Del Amar. Fondo editorial UCLA. 2001 Ella: la palabra. Editorial. El Perro y la Rana. Caracas Los vidrio rotos. Monte Ávila Editores, Caracas 20 Director Revista Principia (Premio Nacional) Coordinador página Literaria diario de frente. Venezuela.

LA PALABRA QUE TENGO.

Si ellos lo permitieran sería su poeta

si ellos

los mendigos

las putas

los abandonados

Si ellos supieran que en mi garganta duelen sus

Gritos

que me aferro al papel de sus angustias

pero es in útil

la palabra que tengo

no arroparía un solo dedo de sus llantos

La poesía.



Todos los vidrios rotos del mundo


son mis huesos


mis páginas en blanco.

Espejo.



Debí quedarme contigo en el espejo


En esa caricia de tu imagen desnuda junto a la mía


Mas el amor no sólo es recuerdo


Y quiero que tu sol queme este delirio


Y abrir las puertas de la madrugada contigo


Y oír en los pájaros nuestro propio canto


Y tomarme una cerveza en tus ojos


Y tocar la flauta de tus senos


Y que tu piel sea continuidad de la mía


Y quiero amarte con el peso de los elefantes


Y la ternura del tigre


Y quiero llenarte de vida y de futuros tiempos


Y beber de tu fuente


Y quiero


Y de tanto querer me pesa la vida y este momento


En el que deseo quedarme contigo en el espejo.

(Antología Virtual de Julio Carabelli)

martes, 10 de junio de 2008

TAN SÓLO UN DECIR.

Margarita Escobar De Andreis.

Nació en Santa Marta el año de 1949. Desde hace varios años reside el Bogotá (Colombia) . Realizó estudios de sociología. En 1995 publicó el libro Una grieta en el espejo. Ha publicado poemas y artículos en revistas de Cali, Bogotá y Santa Marta. Fue directora de PROMUJER y ha publicado poemas y artículos en diferentes revistas. En Noviembre de 2.006 publicó "Tan sólo un decir".

SALIR DEL SILENCIO.

No te quedes callada


que las palabras absorban cada lágrima


que se descuelgue por tu piel.

Que cada suspiro adolorido


sacie por un instante la sed.

No te quedes callada


aunque tengas que hablar con el silencio


aunque las innumerables nubes


ninguna palabra tengan para responder.

PEQUEÑA MUERTE.

Si el silencio se traga la jornada


no tienes para darle a la noche


ni un exiguo testimonio


de la sed que gota a gota


va calcinando tu sustancia.

Vives pequeñas muertes


que enmudecen las entrañas


y atascan con nudos de papel


la frágil imaginación


que le da cuerda a tu garganta.

Mueres de una vida estática


que nubla los espejos


le pierdes en la averiada trocha


y no logras apalabrar tus incertidumbres.

Ni la música del viento


te deja oír su melodía.

¿Qué le dirán las tinieblas


cuando llegues con las manos llenas de vacío?

sábado, 7 de junio de 2008

ANTONIO GAMONEDA.

¿SON ESTOS MALOS TIEMPOS PARA LA POESÍA?

Antonio Gamoneda - Premio Cervantes 2006

NO LO CREO. Únicamente los vivirán y sentirán contrarios quienes pretendan que la poesía tenga una función (en la sociedad) o una implantación generalizada (en la sensibilidad) que ya no le son propias.

Cuando la realidad se explicaba «mágicamente», los símbolos y el énfasis necesarios para tal explicación recaían en las conciencias, se potenciaban mediante mecanismos estéticos y, de paso, se constituían en norma. Me estoy refiriendo a las sociedades fundamentadas en religión ya los textos poéticos que venían a ser su legislación. Debo añadir que existía una confusión profunda entre religión y poesía. Eran buenos tiempos para ésta. En un pasado más cercano, las religiones, simplificadas en el uso popular, no distribuían ya poesía con análoga intensidad, pero en la sensibilidad no había desaparecido la necesidad del símbolo y del énfasis (entiéndase aquí por énfasis la peculiaridad del lenguaje en función estética) y existía una demanda poética satisfecha básicamente por la transmisión oral. Eran buenos tiempos para la poesía.

Nuestros días, a diferencia de estos anteriores, están dominados por datos objetivos. De paso, la sensibilidad recibe, vía tecnológica, más estímulos estéticos que los que realmente necesita. Está saturada. Hay «sobrecarga en las líneas». No importa que la «sobrecarga» sea de buena o mala calidad: hay sobrecarga.

¿Quiere decir esto que corren malos tiempos para la poesía?.

Creo que no. Pensar tal cosa sería igual a pretender que el buen estado de la poesía es asunto de orden cuantitativo, es decir, que su valor consiste en la implantación mayoritaria. En nuestro país puede haber ahora mismo ¯1997¯ doscientos amigos (poetas, profesores, críticos, editores y antólogos) que proponen acciones como «acercar la poesía a la vida», «normalizar el lenguaje» o «fundamentar la poesía en experiencia».

Nada de esto (amo a Jorge Manrique, al Arcipreste de Hita...), a pesar de su carácter poéticamente neutro, me parece detestable, pero sí una simpleza histórica. Además, en tales propuestas se insinúan finalidades cuantitativas que no se lograrán más allá de una breve captación de aficionados, es decir, que no podrán realizarse y conseguir, en la vida y para la poesía, una función real y amplia. No puede ser: no hay mercado.

Dando por bueno este concretísimo «fracaso», parece lógico opinar que corren malos tiempos para la poesía.

Pues otra vez no; no es verdad. Ya de los versos de Garcilaso se decía, vista su oscuridad, que había que «entrar por ellos con antorchas». Hace casi quinientos años y el negocio no había hecho más que empezar. Se ha producido un cambio decisivo y profundo en la cualidad poética. El hecho es histórico: el dominio de los datos objetivos ha radicalizado la subjetividad; la progresiva masificación ha generado una creciente individualización; las apariencias de racionalidad han suscitado apariencias de irracionalidad; las formas, declaradas o encubiertas, de no-libertad ha procreado una libertad de las imágenes. La poesía, ajena al mercado y escasa de funciones externas, es, por ello precisamente, la única actividad que, dentro de las circunstancias, puede escapar al gregarismo. En el fervor minoritario, en la subjetivación radical, en la amplificación «anormal» del lenguaje, ahí se ha producido la mutación cualitativa que legitima su supervivencia, la que se logra en el carácter de la propia máquina poética y en la intensificación de la vida del emisor y de unos pocos receptores. Salvo la normal cuota de insolvencias, no corren malos tiempos para la poesía.

(Publicado en: Antonio Gamoneda, El cuerpo de los símbolos, Huerga y Fierro, Madrid, 1997.)

martes, 3 de junio de 2008

ELENA VERA.

Elena Vera. (Caracas, 1939-1996). Poeta, ensayista. Profesora de Literatura y Latín (Pedagógico de Caracas¨), Licenciada en Letras (Universidad de los Andes), Magister en Literatura Hispanoamericana (Instituto Pedagógico de Caracas) y en Literatura Venezolana (Universidad Central de Venezuela). Publicó los poemarios El hermano y el extraño hombre (1959), El celacanto (1980, premio José Antonio Ramos Sucre), Acrimonia (1981, Premio Universidad de Carabobo), De amantes (1982), Sombraduras (1988), El Auroch (1992). PremioAlfonsina Storni (1983) por su poema Huésped, Premio de la Academia de la Lengua, mención Ensayo, por su trabajo Los Fabuladores (inédito), sobre novela venezolana contemporánea, Premio Municipal de Literatura 1986 en ensayo con Flor y canto: 25 años de poesía venezolana (1958-1983). Presidió la jefatura de las cátedras de Literatura Venezolana y Literatura Latinoamericana en el Instituto Pedagógico de Caracas. En la Asociación de Escritores de Venezuela ocupó cargos directivos, entre ellos el de presidenta. Trabajó de manera constante por la difusión de la literatura venezolana.

De Amantes.

I


Soy
la amante

No
me mires con desprecio
No tengo el número dos
en la frente
ni
sus besos ansiosos
me han abierto llagas

Soy
la amante

La que tiene todos los sueños
del mundo
y los secretos.

XI

Todos los días
mi cuerpo tiembla por ti
pero tú
ni te enteras
Duermes plácidamente
en tu cama king-size
abrazados a ella
a tu vieja costumbre
de viejo mueble usado
Te estás muriendo en vida
Te estás cayendo a pedazos
y ni te enteras

Y mientras tanto
tiemblo por ti
aaaaaaaatodos los días
Yo que soy la vida
Yo
que soy la flor de la maravilla.

Huésped.

No me siente usted en su alta mesa


no me tiente con sus manjares delicados


no me dé a beber de ese licor exquisito


no me deslumbre con sus ademanes


no resquebraje la aparente frialdad de mi cuerpo


no entre así, viento terrible, en mis días


no me enseñe el otro lado del poema


no me decrete nuevas emociones


no le conceda otro ritmo a mis noches


no borre la verdad de mis amaneceres


no diga que me ama


tendría miedo a la melancolía de la ausencia


Deme posada en el último cuarto


allí


donde nadie sepa


un sorbo de agua, apenas, para la sed


y sopa caliente para confortar el cuerpo


me iré cuando haya descansado


entraré


suavemente


en la noche


y caminaré bajo las estrellas.