martes, 5 de mayo de 2009

Poemas de Alfredo Chacón - Venezuela.

DEL RUMOR DE MIS LÍMITES.

Retraerse. Crujir

de frío y de calor afuera.

Volver a entrar

ahíto de intemperie.

Seguir en esta duración

sin historia

con sólo desgarrones y sabores,

premuras y albricias

que no llegan a ser

lo que se quiere refutar, acoger,

lograr que nos concierna.



Quiero hablarte, palabra,

ser tu voz

y que tú seas la palabra de mi voz.

Te convido a decir

seguro de que dices

pero no conmigo

sabiendo que yo digo

pero no contigo.

Te convido a decirnos.



Como en juego

disuélveme, perdóname,

dame tu absolución.

Sigue fingiéndome

entre tanto,

no abandones todavía

a mi apariencia.


Por el ahora se sabe

que a todos algún día

nos tocó decir

lo que sólo uno de nosotros dijo:

“Las cartas de amor que escribí en mi infancia

eran memoria de un futuro paraíso perdido”.

Homenaje a Juan Sánchez Peláez.



La voz de un poeta

se escucha en la espesura

de todos los poemas

y se llama dicción.

La prueba de la existencia de un poeta

se encuentra

en la invención que hace su voz

de la palabra.

Como la voz de un poeta

no se puede escuchar

sino en una palabra

inventada por el silencio de esa voz,

tengo la prueba

de la existencia de un poeta

de la invención que él y yo hacemos

del poema

en la espesura de su voz.

Para Alejandro Oliveros.



Cómplice, insalvable compañera

de mi culpa,

sigue siéndolo conmigo

y como si tu culpa fuese mi regalo.


¿Qué quieres

que yo no sea

otra cosa sino vista ciega

o que yo sea

la piel que te recubre y se estremece?


Con presencia

sin forma

el toque de la mano

insaciablemente sentida.


Palabra instigadora

del rumor de mis límites,

carnada echada en cualquier parte

de mi mar sin fondo,

llegar a ti

por el trasluz de este pensar

en el que escribo,

es lo más que presumo.

Seguir contigo sería demasiado.

Ni tú ni yo

somos capaces

de soportar tanto apremio.

Alfredo Chacón © Derechos Reservados.

2 comentarios:

Gabiprog dijo...

¿Qué quieres

que yo no sea

otra cosa sino vista ciega

o que yo sea

la piel que te recubre y se estremece?
Estupendo!!

Hernán Rubin dijo...

Valga, la comparación con Octavio Paz, no por analogías, ni similitudes, eso no sirve. Lo digo, por las amplitudes que promete en búsquedas, en lecturas de ambos universos vocales y las repercusiones interiores que se alcanzaán. Afortunada comparación. ¡Valga y Sea! Hernán Rubin, lector y usuario de Arte, 24 de abril de 2015, a un día de haber oido y escuchado este intento genial de presentarnos a Alfredo Chacón.