MARÍA ANTONIETA FLORES.
Caracas, 1960. Poeta y ensayista. Magister en Literatura Latinoamericana. Ha publicado los poemarios: El señor de la muralla (1991), Canto de Cacería (1995), Premio de Poesía de la I Bienal de Literatura Municipal "Augusto Padrón" (1994); Presente que no en ausencias (1995), Agar (1996), Criba de abril (1998), Los trabajos interminables (1998), Mención Premio Municipal de Literatura (1999); Índigo (2001), Premio Anual Fundación para la Cultura Urbana), limaduras(2005), la voz de mis hermanas (2005). Obtuvo el Premio Municipal de Literatura "Rafael Angel Insausti" mención Ensayo 1996 (Barinas) con Sophia y Mythos de la pasión amorosa editado en 1997. Ganó en la Mención Ensayo Literario de la IV Bienal de Literatura "Mariano Picón Salas" 1997 con Espiral sonora. Lectura de Ida Gramcko (inédito). Es editora de la revista literaria el cautivo (www.elcautivo.org). Foto de José Antonio Rosales.
ENTREVISTA.
Fuente: Tiempo universitario (http://www.tiempo.uc.edu.ve)
¿Qué libro relee, qué autor?
La Biblia, en especial el Cantar de los cantares. Juan de la Cruz, también. La poesía de Raúl Gómez Jattin, poemas de Francisco Brines y de Borges. Siempre vuelvo a Vivaldi y a Bach. La voz de Gardel y en estos días, Feliciano. Regreso desordenadamente a la poesía italiana (Ungaretti, Quasimodo, Pavese, Montale) y a Eugenio de Andrade.
2- ¿Qué libro no pudo terminar y por qué?
Muchos. Lo afirmo sin culpas. Entendí que no tengo la obligación de culminar un libro –cosa que había aprendido cuando estudiaba pregrado en Literatura y Lengua Castellana en el viejo Pedagógico de Caracas-. ¿Por qué no llego al final? Porque siendo libros buenos no están en sincronía con mi momento interior y porque cuando son malos, la vida es corta para insistir en lo perdido o lo que nada dice. Alguna ópera (hay una de Manuel de Falla, Atlántida) y las sinfonías de Mahler, no he podido con todas –disonancias entre mundos interiores.
3- ¿Qué autor no le gusta?
Ciorán. Antes me gustaba mucho. Ahora le huyo. Siento que lo han convertido en un cliché. Y muchísimos más…. muchos… muchos… El gusto es una cosa, la valoración de una obra es otra cosa y eso me obliga a leer autores que no me gustan aún cuando escriba sobre ellos y estudie su obra. Creo que si una se encierra sólo en lo que le gusta, pues leería cinco autores y no es la idea. Me interesa conocer, escuchar lo que otros escriben o escribieron.
4- De todos los lugares de su casa, ¿cuál prefiere para leer?
El espacio que funciona como sala, en una butaca con una copa de vino al lado cuando se puede y con los pies en alto. Ante mí un ventanal velado por una cortina muy clara que me deja ver la silueta de las plantas de mi balcón y ver o escuchar a los pájaros cuando se acercan, y es el lugar que me deja contemplar mientras cae la noche. No puedo leer acostada.
5- ¿Le gusta leer fuera de su casa? ¿Cómo y en dónde?
No, para nada. La casa, mi habitación o mi celda, como la llamo es mi lugar ideal. Sin embargo leo en el trabajo cuando tengo chance pero leo poco y mal. Cuando viajo –y eso incluye aeropuertos, horas de vuelo y tiempo en hoteles, nunca. Más bien tomo notas. En ningún lugar público de Caracas ni de Venezuela, mucha inseguridad, mucho ruido para concentrarse y saborear. Soy de atmósfera y de madriguera, eso sólo lo da el lugar donde uno ronda íntimamente. Allí leo.
6- ¿Qué géneros prefiere: narrativa, ensayo o poesía?
Poesía, ensayo, teoría y narrativa. En ese orden. Y el cine, la música académica y popular, la telenovela y algunas series de tv., para mí todos ellos son también géneros literarios y libros con formatos impalpables.
7 ¿Cuál es su autor preferido?
Jodido. No tengo uno solo. Allí soy infiel.
8- ¿Hay algún verso o fragmento de libro que recuerde y repita?
Repetía mucho uno de Francisco Brines: “el amor y el después ya se acabaron” y otro de Juan Manuel Roca: “al dolor agrego más dolor, más belleza a la belleza”. El nada te turbe, nada te espante de Santa Teresa; también, “Hombres necios que acusáis/ a la mujer sin razón/ sin ver que sois ocasión/ de lo mismo que juzgáis” (Sor Juana), “Cuán largo me lo fiaís” del Lazarillo y “Cosas veredes, Sancho”. Hace muchos años atrás, el “Tú me quieres blanca, me quieres de espuma” de Alfonsina y “Hay golpes en el alma, tan fuertes yo no sé” y no hay que señalar al autor… Recientemente, “un bongo remonta el Arauca” y “se lo tragó el tremedal”. Recuerdo y, a veces, guía mis pasos el “Preferiría no hacerlo”. No lo repito en voz alta.
9- ¿Qué autor le parece poco valorado?
Larga lista. No quiero detenerme ni en un nombre en una tierra donde la literatura es marginada al igual que los creadores. Actualmente la valoración responde, en general a valores extraliterarios. Sí voy a mencionar una novela: El bosque de los elegidos, de José Napoleón Oropeza. Debiera formar parte del canon de la narrativa venezolana y muy pocos la han leído y menos las nuevas generaciones.
10- ¿Qué libro le hubiera gustado escribir?
Ninguno o mejor los que he escrito –publicados o inéditos-. Los libros que he escrito dan cuenta de mí y de mis limitaciones y con eso me conformo.
11- ¿Con qué personaje literario se identifica?
Bartleby. Me acompaña desde los ochenta. I would prefer not to
12. ¿Con qué libro ha llorado?
Con varios. Generalmente, novelas. La poesía me detiene el llanto y me coloca en el silencio agradecido. Recuerdo haber llorado con Casandra, de Christa Wolf. Hay libros que me han arrancado llantos desgarrados. Creo que Sed de amor, de Mishima fue uno de ellos. Y como mi condición de lectora no se detiene en el papel, el film The reader ha sido el último texto que me hizo llorar.
13. Nombre tres libros con los que se ha sentido un lector agradecido.
Con A boiling Caracas, de Odia Ofeimun, con los diarios de Anaïs Nin y con uno que todavía no llega a mis manos pero que ya agradezco. A veces cierro un libro, acaricio su portada y le doy gracias en voz alta al autor y a la obra. Un ritual. Así que le he agradecido a muchos libros en la vida y por razones muy diversas.
14. Si usted fuese miembro de la Academia Sueca, ¿a quién le daría el Nobel de Literatura?
No creo en el Nobel. En ningún premio, realmente.
15. ¿Que libro le recomendaría a Dios?
Ninguno, todos vienen de él.
16 ¿Qué libro invitaría a leer al Diablo?
Ninguno, se los ha leído todos.
Yo vengo de una estirpe de mujeres solas
eficaces
inembargables
derrotadas antes de nacer
por la muerte
siempre guardadas
como semillas que arrastra el viento
entregadas al sacrificio de la vida
sin un futuro ni un presente
sin vástagos que las resguarden
aprendidas en soledad
ellas mismas amamantándose
haciendo de cada día una victoria estéril
mujeres que hablan desde muy lejos
ahogadas en su torpeza y en la bruma del deseo
mujeres solas que arruinaron sus manos
en el oficio duro que le entregaron las prendas blancas
y perdieron sus días entre toses y dolores de pecho
conociendo todo de la pobreza
administrando los silencios y el alimento diario
entrando en las jornadas
con un dolor irremediable
estirpe sin grandes ambiciones
dulces mujeres que amaron sin respuesta
y fueron una tras otra
mano con mano
fundando la cadena del desamparo
María Antonieta Flores Caracas 1960
En: La voz de mis hermanas, Vitrales de Alejandría 2005